Melitón Guevara Castillo
El jueves antes del mediodía las redes sociales se inundaron con un video. En él, Eduardo Gattás, el Presidente Municipal, afirma que se va a reelegir; apuntala su propósito para el 2024, la elección, de que está haciendo un buen trabajo, que lo hace desde las 5:00 de la mañana. Agrega otro elemento: que en la oposición no hay, al momento, nada, que no tienen nada. Sus argumentos pueden ser válidos o no, pero de lo que no hay duda es que, efectivamente, puede buscar la reelección: no hay impedimentos, a menos que Morena, el jefe político, tengan otros planes.
La elección del 2024 será intensa, extraordinaria, por el número de protagonistas que van a participar: candidatos a Presidente de la República, a senadores, a diputados federales; y en el caso específico de Tamaulipas, también se incluyen los diputados locales y los Presidentes Municipales. Algunos ya se reeligieron, tal y como sucedió en la elección local anterior: de Matamoros, de Madero y de Tampico. En pocas palabras, el argüende político será tremendo, la pasión se va a desbordar, pueden aparecer las traiciones y darse un reacomodo al interior del gobierno como del partido gobernante.
ANIMAL POLÍTICO
Sin la menor duda, tal y como lo asevero Aristóteles, el hombre es un animal político y lo son, de manera especial, aquellos que buscan, ambicionan, el poder político. En esta categoría es como se puede y debe ubicar a Eduardo Gattás, el Presidente Municipal capitalino. Y, por lo tanto, no debe de sorprendernos que con anticipación devele sus intenciones de reelegirse. Formalmente no hay nada que se lo impida; salvo, eso sí, que en su partido haya otro tipo de condiciones o coyunturas que se lo impidan.
Lalo nació en el PRI, se formó al interior de un connotado priista, que fue alcalde y líder estatal del partido. Logró una candidatura a una diputación local y perdió; luego, visualizando el entorno, abandonó al PRI, se dejó querer por Morena y fue candidato al gobierno capitalino: le recetaron la segunda derrota, pero como bien dicen, a la tercera va la vencida, así que repitió como candidato y ganó… es, hoy por hoy, el titular del gobierno capitalino. Afirma que está haciendo buen trabajo, se emociona con las encuestas que dan cuenta de su popularidad.
ALEJANDRA Y LA OPOSICIÓN
Afirma Eduardo Gattas que los de enfrente, la oposición, no tiene nada, hagan de cuenta que está aniquilada. Efectivamente, si hablamos del PAN: no brillan para nada. Sus elementos más visibles, por dar algunos nombres, pueden ser Oscar Almaraz, el expresidente y actual diputado federal… a quien solo se le ve de vez en cuando, con un pregón en las redes sociales. Otro, que pudiera hacer algo, es Arturo Soto; pero también, no saca ni la nariz ni se le observa haciendo talacha por su partido, por la gente que, digamos, ha confiado en su partido y en él, que incluso, le ha dado su voto.
En cambio, el PRI sí tiene una nueva cara, ha mostrado como legisladora local un activismo inusitado; sea con propuestas legislativas, haciendo gestiones, visitando una y otra colonia, reuniéndose con grupos sociales. Me refiero a Alejandra Cárdenas que es heredera de una vocación política que inició con su abuelo y se amplió con algunos otros miembros de la familia Cárdenas. Alejandra, o Ale, como algunos le dicen, no ha dicho nada: se ha dedicado a trabajar, a tejer una red de simpatizantes dentro y fuera de su partido… por cierto, hace varias semanas inauguró su oficina de gestión legislativa.
LALO Y LA POBLACIÓN
Válido el propósito de Gattas de reelegirse. Desde su visión personal, sus argumentos son válidos, quizá un poco cuestionables, como el de que está haciendo un excelente trabajo y qué bien que lo repite, trabajo mata grilla. Me pregunto, sin embargo, ¿Qué piensa de él, de su trabajo, la población victorense? No podemos echarle la culpa de la falta de agua y, sin embargo, en su primera participación como candidato al Gobierno municipal, una y otra vez pregonó, hasta dio explicaciones, de cómo Victoria tendría la segunda línea del acueducto.
Hay, efectivamente, problemas sin resolver: uno de ellos es el de la basura. Siguiendo la tónica de la 4T, les carga la culpa a sus antecesores, que no le dejaron camines y los que están se descomponen a cada rato, y nada que llegan los camiones nuevos financiados por el fondo de capitalidad. El mal estado de las calles, ni cómo ocultarlo y la respuesta es que no hay dinero… sin contar el pleito con el sindicato municipal.
Hay, por otra parte, otras variantes. Una, el o los compromisos que tenga Américo Villarreal Anaya con los distintos grupos, incluidos los familiares; los intereses que pueden venir, aterrizar, de la cúpula gubernamental y de Morena, llámese Mario Delgado, Claudia Sheinbaum. Claro, sin descartar lo que están vigentes en la Capital, como es el caso de los diputados locales José Braña Mojica (sobrino presidencial) y Juan Vital Román Martínez, sin contar los que se agreguen de aquí a fin de año.
