La crisis de valores, económica, familiar, educativa, social y religiosa por la que atraviesa el país hoy en día ha encendido las alarmas de emergencia en los hogares de México, ante el alto índice de problemas de salud mental que enfrentan nuestros niños y adolescentes.
Factores diversos, como la desintegración familiar, el trabajo compartido de los padres de familia para salir adelante ante la crisis económica por la que atravesamos, la falta de comunicación entre padres e hijos, el abandono de los padres hacia sus hijos, están quebrantando el alma, integridad y la paz de los niños y adolescentes de México, lo que les ha provocado un gran vacío y con ello la soledad que cargan consigo por la falta de entendimiento en sus hogares.
Ese vacío en que se encuentran nuestros niños y jóvenes los ha hecho presa de vivir con angustia, depresión, ansiedad, que al pasar de los días los orilla al suicidio.
En algunos de los casos se presentan intentos de suicidio que se derivan de conflictos intrafamiliares, lo que provoca casos de depresión infantil que, si no son atendidos a tiempo, pueden derivar en la muerte de los menores, quienes posteriormente llegan a reincidir entre dos o tres ocasiones más antes de tener éxito.
Se tiene un caso reciente con un menor que ha estremecido a Tabasco y al país en general, el pasado martes 17 de octubre del año en curso en Huimanguillo, Tabasco, un niño de 13 años se quitó la vida ante una solicitud de su madre por solicitarle compartir su teléfono celular con sus primos.
El niño no aceptó la propuesta de su madre para minutos después ser encontrado por sus familiares sin vida pendiendo de una viga en un galerón que se encuentra en la parte posterior de su vivienda.
La familia del menor aún no se explica por qué una simple discusión entre primos terminó en tragedia.
La alarma ya se activó en México, en lo que va del año se han registrado 20 casos de menores de 18 años que han atentado contra sus vidas solamente en Tabasco.
En otro caso similar registrado la semana pasada en un domicilio del fraccionamiento Estrellas de Buenavista de Tabasco, un niño de diez años tomó la decisión de atentar contra su vida, esperó a que sus padres y hermanos se durmieran para cometer su suicidio.
Recientemente el Foro de Salud Mental y Adolescentes señaló que es preocupante la situación por la que atraviesan los niños y jóvenes de México, los cuales viven un incremento significativo de problemas de salud mental.
El foro de salud recientemente determinó que niños de seis a ocho años de edad han considerado al suicidio como mejor opción para terminar con sus vidas y alejarse de los problemas por los que atraviesan sus hogares.
Existe un aumento significativo del reporte de casos a través del tiempo; en México en 2021 se observaron ocho mil 447 suicidios consumados, mil 224 más que en 2019 (INEGI, 2021), significando una tasa de 6.2 por cada 100 mil habitantes.
¿Y cómo anda Tamaulipas?
Tamaulipas no se queda atrás en estos problemas de salud mental que viven cientos de menores y jóvenes en el país.
El estado registró el pasado 16 de julio del 2023 el suicidio de un menor de 13 años con domicilio en la colonia Villas de San Miguel, del municipio de Nuevo Laredo, el cual decidió quitarse la vida en circunstancias aún desconocidas.
Asimismo, el pasado 12 de noviembre del 2020 en el poblado de Nuevo Progreso del municipio de Río Bravo, un niño de 13 años que vivía con depresiones profundas atentó contra su vida al ser despojado de su celular como castigo por sus padres.
En México ocurrieron seis mil 710 suicidios en el 2018, con una tasa de 5.4 suicidios por cada 100 mil habitantes, sin embargo, es de particular preocupación el incremento continuo (16 por ciento) que se ha mantenido en la tasa de incidencia entre la población durante los últimos diez años, del 2010 al 2013 pasó de 4.3 a 5.0 y del 2013 al 2019 aumentó de 5.0 a 5.7 (Inegi, 2020). Las cifras reportadas muestran preocupantes aumentos del comportamiento suicida en niñas, niños y adolescentes.
Por lo que hace falta que las diversas instancias y niveles de gobierno trabajen de manera coordinada y comunicativa con la sociedad para realizar, promover y difundir programas, actividades y servicios preventivos de salud mental y orientación médica.
Así como la realización de actividades culturales, deportivas y recreativas que conlleve a una vinculación estrecha autoridad-sociedad para motivar y levantar la autoestima de nuestros niños y jóvenes, mejorar sus conductas, pues ellos representan la esperanza y el futuro de México, ya que, en caso contrario, seguirá en aumento la tasa de suicidios.
Así las cosas en México y Tamaulipas…
Nos vemos en la próxima.