Claudia Vázquez Andrade
Dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, y quizás ese refrán popular le quede muy ad hoc al actual presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro “Alito” Moreno, quien se resiste o, mejor dicho, se niega a dejar el encargo, pese a que lo llevó a la debacle.
El sepulturero del PRI, pretende reelegirse en la Presidencia Nacional del tricolor este domingo, en lo que será la 24 Asamblea Nacional, la cual, por cierto, aseguran priistas inconformes con “Alito” que hasta este momento desconocen el lugar y hora de la plenaria. De ese tamaño es el control que pretende el “dueño” del PRI.
Vaya, refieren que hasta ignoran donde estarán sesionando las cuatro comisiones dictaminadoras correspondientes a los cuatro documentos básicos que se pueden modificar.
Se tiene que decir que, no son pocos los priistas de todo el país que demandan la salida de “Alito”, de ahí que el año pasado se haya conformado la corriente Frente Amplio de Renovación Interna del PRI, misma que está pidiendo se posponga la Asamblea Nacional hasta después del mes de agosto, una vez que concluya el mandato de “Alito”.
Los integrantes de la corriente Frente Amplio, están convencidos, y quizás no sean pocos los priistas de todo el país que compartan su percepción, que de continuar Alejandro Moreno al frente del otrora poderoso PRI, terminará por sepultarlo y convertirlo en una franquicia que se va a vender al mejor postor.
Si bien es cierto que el PRI, arrastra los errores cometidos por ex gobernantes cobijados por sus siglas, y eso les llevó a sufrir el rechazo ciudadano, también es cierto que, como lo hicieron otras veces, pudieron resurgir de sus cenizas, porque si algo saben hacer, y eso no se ha cuestionado, es gobernar y hacer política, pero las malas determinaciones de su presidente, y las alianzas que eran impensables, los llevó y los mantiene casi en la “lona”.
Pero como nada es para siempre, y eso los priistas de antaño lo saben, solo necesitan reagruparse y prepararse para mejores tiempos, esperar que las alternancias muestren sus capacidades, que la verdad sea dicha, no son muchas, porque les gana la pasión individualista y la ambición, algo que ya experimentaron los priistas.
Así que, si este domingo no cae “Alito”, solo será cosa de tiempo para que entierren al PRI.
