Oscar Pineda.-
Juanito y Rebeca nunca olvidarán el día en que el gobernador visitó su colonia, la ampliación Luis Echeverría, montado en una pipa nueva de paquete y cargada con agua limpia, que por primera vez iba a ser gratuita.
En medio de aquella deprimente sequía, la visita del mandatario a la falda de la sierra madre fue motivo de júbilo y de esperanza.
Desde lo más alto de aquel barrio olvidado por las autoridades municipales y se veía un destello de luz que serpenteaba entre las calles empinadas, era el reflejo del inclemente sol en el parabrisas de la pipa donde viajaba el gobernador Américo Villarreal, seguido por una veintena de vehículos oficiales que le acompañaban para atestiguar el histórico momento.
Loa vecinos, quienes fueron avisados de la visita del gobernador apenas unas horas antes, se arremolinaban alrededor de la pipa, unos agradeciendo y otros protestando por los interminables días sin el vital líquido, que en estas colonias se consigue a precio de oro.
El programa de reparto de agua forma parte de una serie de acciones enmarcadas en la política social que el gobernador ha confiado a su esposa, la doctora María de Villarreal Santiago.
Tuvieron que pasar más de año y medio para que el agua gratuita llegara a este sector de la ciudad. La promesa fue que nunca más les faltará agua gratuita de las pipas.
Poco a poco el gobierno del estado comienza a tomar las riendas de la ciudad, ante la evidente incapacidad del gobierno municipal para atender las demandas más sentidas de la población.
Primero fueron los camiones recolectores, que por cierto, el primer día en poder del municipio sufrieron ponchaduras, pero bueno, ahí andan.
EL PERSONAJE
Dentro de un año habrá elecciones y en lo que respecta a la Capital de Tamaulipas, el Gobernador ha sido prudente al no destapar a su gallo o gallina antes de tiempo, sin embargo, sí se ha notado quien no quiere que sea.
POSDATA
Sería bueno escuchar a esas personas que aseguran que alguien está haciendo el negocio de su vida con la venta de agua en las pipas.
