diciembre 14, 2024
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Azael Jaramillo

Américo, donde fusilan al Emperador Iturbide

julio 16, 2024 | 186 vistas

Azahel Jaramillo H.

 

Este fin de semana el gobernador Américo Villarreal estuvo en las ruinas de la Villa de Padilla, donde justo este próximo viernes 19 se cumplen 200 años del fusilamiento del Emperador Agustín de Iturbide. El doctor Américo llegó con personas ilustres del diario vivir actual.

En un afán de darle importancia a hechos relevantes de la historia de Tamaulipas se procede al proyecto de para delimitar el cuadro principal de la antigua Villa de Padilla, que día hubo que fue la Capital de Tamaulipas. El jefazo de Obras Públicas estatal, Pedro Cepeda Anaya, afirmó que para darle la importancia que se merece a los acontecimientos suscitados en este poblado se construyeron placas conmemorativas referentes a los hechos históricos ahí suscitados, como el fusilamiento del Emperador Iturbide, el suicidio de Manuel Mier y Terán, el bicentenario del primer Congreso Constituyente de Tamaulipas, y la edificación de la primera Casa de Gobierno del Estado. “Son siete puntos históricos que se estarán resaltando con la construcción de placas de granito conmemorativas las cuales narran los hechos históricos acontecidos en este lugar”.

Tras la consumación de la Independencia, el 18 de mayo de 1822, Agustín de Iturbide es proclamado Emperador de México. Duró once meses en el cargo. Y se fue exiliado a Inglaterra. Pero emprendió el viaje de regreso a bordo del barco inglés “Spring”, llegando el 14 de julio a costas de Soto la Marina el 14 de julio de 1824, en compañía de Carlos Beneski, quien le ayudó a descender disfrazado y con engaños. Y es que fue declarado previamente traidor por el Congreso Federal.

Comunicada la presunta llegada de Iturbide a las tierras del Nuevo Santander, el comandante Felipe de la Garza lo interceptó en el rancho Los Arroyos. En el libro “Nuestro México. Hombres y hechos”, de Dempla, página 63, se dice que De la Garza luego de reconocerlo y lleno de asombro e indignación, preguntó al exemperador la causa de su retorno, éste contestó que venía de Londres a ofrecer sus servicios a la Patria. De la Garza, le comunicó que estaba fuera de la ley y que el castigo era la muerte, a lo que Iturbide respondió que estaba dispuesto a sufrir la suerte que le fue deparada. A partir de ese momento fue hecho prisionero. Estaban en el rancho Los Arroyos.

“El 19 de julio, a las tres de la tarde se reunió el Congreso de Tamaulipas y declaró que, conforme a los procedimientos legales, Agustín de Iturbide debía ser castigado ese mismo día a las seis de la tarde. Así, pues, se formó la tropa en la plaza y, cuando fue sacado de la guarnición, contuvo cordialmente a los soldados y exclamó: “A ver, muchachos, daré al mundo la última vista”. Y acto seguido buscó con la mirada el lugar elegido para la ejecución, pidió que se le sirviera un vaso de agua, se vendó el mismo los ojos y luego se dejó atar los brazos diciendo: “Bien, bien”, con una sonrisa entre amarga y desdeñosa”, precisa la narración de Dempla.

Y agregó: “Cuando tomó su puesto en el sitio de la ejecución, exhortó a los mexicanos a que se reunieran y evitaran, aun a costa de su sangre, cualquier tipo de esclavitud. Besó un Santo Cristo y murió al rumor de la descarga. Su cuerpo fue sepultado en la iglesia de Padilla al día siguiente, a eso de las ocho de la mañana”.

En el tomo 1 de la Edición Conmemorativa del Bicentenario 2010, “Tamaulipas en el espejo de su Historia. La Independencia”, en la página 150, en un artículo de Virginia Guedea, junto a una imagen del fusilamiento de Iturbide tomada de Artes de México, 1971, escueta dice: “Los efectos personales de Iturbide, que este dejó a su familia, quedaron en manos de los oficiales encargados de la ejecución; José Bernardo (Gutiérrez de Lara) recibió la espada del exemperador.

Los dos tomos de “Tamaulipas en el espejo de su historia” se editaron en el sexenio del ingeniero Eugenio Hernández Flores, siendo la maestra Libertad García Cabriales, presidenta del Consejo Consultivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia de México en las tierras del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas.

Nos sorprende un poco la poca narrativa que en “Tamaulipas en el espejo…” hay de los últimos seis días de la vida de Su Alteza Serenísima (trato que le daban) al Emperador Agustín I. Este viernes 19 de julio se cumplen justo 200 de su fusilamiento en Padilla. NOS VEMOS.

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