La noticia que se filtró en estos días fue la encerrona que tuvo Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional con el presidente López Obrador. Los fatalistas y conspiranoicos en redes sociales empezaron los rumores de que la reunión fue para evaluar y palomear las candidaturas que se estarán desgranando en próximas fechas para Morena y tocar algunos temas ríspidos sobre la campaña que se debían de ver cara a cara, para evitar los pájaros en el alambre.
Ambos, al ser cuestionados sobre la reunión, negaron cada uno por separado que abordaran temas electorales, aclarando que solo fue una reunión de amigos y no vulnera la contienda electoral rumbo al 2024. El Presidente, como viejo lobo de mar, debe saber que en política la forma es fondo; frase acuñada por el ideólogo del PRI, Jesús Reyes Heroles, y que todo gesto, actitud, palabra o desliz ocasiona olas en el ámbito político, sobre todo cuando viene de parte del Presidente.
Los entendidos en el tema saben que es importante poner atención de cirujano a la hora de asignar los puestos, para evitar sorpresas el día de la elección, sobre todo cuando los posibles precandidatos por Morena se han multiplicado como por arte de magia, exigiendo su tajada del pastel.
Por su parte, la precandidata para la Presidencia de la República por Morena tiene un camino cuesta arriba si trata de rivalizar con carisma al efecto López Obrador de 2018, que sirvió de trampolín para los candidatos a las contiendas locales que se llevaron a cabo de manera conjunta con la federal.
En total en 2024 se elegirán 20 mil 375 cargos; en particular se destaca en los estados de Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán, la elección para determinar la titularidad de las gubernaturas, más los 128 senadores y 500 diputados federales, además de mil 803 presidencias municipales y mil 98 diputados en congresos locales.
La ventaja y a lo que le apuesta el Movimiento de Regeneración Nacional en estas elecciones, es que ya tiene una supuesta estructura electoral desarrollada gracias a que cuentan con la mayoría de los gobernadores en funciones, que estarán al pendiente de rendir buenas cuentas a su jefe máximo y mejorar los resultados obtenidos en 2018.
La consigna es ganar las gubernaturas, aumentar el número de municipios, además de adueñarse de los congresos locales en disputa y obtener la mayoría absoluta en el Congreso de la Unión y el Senado. Es decir, el llamado “carro completo” en los tiempos priistas, además de allanarle el camino a Claudia Sheinbaum para que resulte vencedora en las urnas en 2024.
Es posible que la reunión, como dicen López Obrador y Sheinbaum, fuera una reunión ocasional de “viejos amigos”, pero no deja de rememorar aquella estampa del viejo PRI en el Maximato, cuando mandaba don Plutarco Elías Calles.