enero 8, 2025
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Claudia Vázquez Andrade

Atole con el dedo

enero 7, 2025 | 47 vistas

Claudia Vázquez

 

Los políticos en México se han estancado pese al avance tecnológico y al proyecto de transformación del gobierno, de tal suerte que siguen actuando igual que en el pasado, con discursos obsoletos y hasta con argumentos que rayan en la ofensa a la inteligencia, cuando se trata de defender una posición.

En Tamaulipas, el presidente de la junta de gobierno en el Congreso local, Humberto Prieto Herrera, dio muestra de esto, cuando en defensa del programa de emplacamiento vehicular, dijo que éste no es recaudatorio, sino por seguridad.

Por supuesto que las reacciones a su declaración no se dejaron esperar, y se escucharon expresiones como: “de seguro los roba coches se van a detener porque tiene placas nuevas”.

¡Ah que diputado!

Se puede entender que trate de justificar el pago de las nuevas láminas, pero por favor busque un mejor argumento, o simplemente acepte que es una determinación de gobierno, y punto.

Porque argumentar que es por seguridad es ofensivo, así como decir que no se puede asignar una placa de manera permanente por el desgaste natural de la lámina, cuando los vecinos regios lo tienen implementado desde hace algunos años.

Y quizás el mejor de los ejemplos de que la adjudicación de una placa permanente a un vehículo sí funciona, son los vecinos del norte en donde al igual que en Nuevo León, se pagan derechos vehiculares y solo se les coloca un holograma con la nueva fecha de vencimiento, que sirve precisamente para la verificación de uso y funcionamiento de la unidad motriz.

Pero como decía, es entendible la posición del expanista Humberto Prieto, pero alguien debería asesorarlo para que sus declaraciones sean menos cuestionadas y quizás este tema le serviría incluso para hacer una propuesta que no termine con el cobro de verificación y funcionamiento del vehículo porque bajaría la recaudación, pero sí acabaría con el cambio constante de láminas.

Dicen que todo se puede decir, solo depende de cómo lo digas.

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