noviembre 22, 2024
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Melitón Guevara Castillo

Blanca y la alianza institucional

octubre 31, 2023 | 283 vistas

Melitón Guevara Castillo.-

El lunes pasado se consumó una reelección más de Blanca
Guadalupe Valles en la dirigencia del sindicato de burócratas estatales. Al
concluir el periodo que inicia tendrá 33 años al frente del mismo y ante el
gobernador Américo Villarreal, le garantizo que “Somos sus aliados”. Frase
que, sin duda, sin pudor repitió a los gobernadores priistas como al anterior
panista. Y es que, la verdad, no puede decir otra cosa: los trabajadores al
ser institucionales son aliados de todo gobierno.

En un acto solemne y protocolario es obvio que las partes
involucradas, en este caso el patrón y el trabajador, no pueden soslayar el
compromiso que los une: cumplir con la sociedad tamaulipeca, hacerlo con
calidad, con eficiencia, buscando siempre que las decisiones de uno se
cumplimenten al pie de la letra para satisfacción de los usuarios, en este
caso, la sociedad tamaulipeca.

BLANCA HA CUMPLIDO

Se dice fácil, pero han sido 28 años de liderazgo sindical el de
Blanca. Por tal motivo, más de uno la equipara a Porfirio Díaz, el dictador
del siglo pasado que duró 30 años como Presidente de la Republica. En el
tiempo, efectivamente, ya lo va a superar; sin embargo, dista mucho de ser
equiparada a Díaz en relación con el tipo de mandato. Blanca ha
demostrado, periodo tras periodo, que sabe interpretar los signos de los
tiempos y ha sido capaz de sortear a la oposición que, siempre al iniciar un
sexenio, se hace presente. Las cuentas de la última elección indican,
claramente, que la oposición no cuenta.

Blanca ahora tiene un reto más: ahora las elecciones fueron por
votación directa y secreto; recibió el respaldo prácticamente de todas las
dependencias y entidades de la administración pública estatal. Lo que
significa que creen en ella, le tienen confianza, pues si no fuera así, lo más
lógico es que se hubiera manifestado en las urnas. Por eso, hoy más que
nunca, Blanca tiene un compromiso mayor: demostrar a tirios y troyanos
que su trabajo como líder sindical está al servicio de sus representados.
Quienes han manifestado ser oposición no han crecido, precisamente
porque no son constantes… dan la impresión que se acuerdan, de eso, solo
cuando hay elección.

TRABAJO INSTITUCIONAL

Blanca sabe perfectamente lo que significa ser institucional: trabajar
según las reglas del gobierno en turno. Así lo hizo con gobiernos priistas,
luego con los panistas y ahora con uno que es morenista. La relación
patrón-trabajador no puede pasar por el tamiz político-ideológico, pero sí por
el de las normas y reglas de trabajo. Hay una legislación que marca un
rumbo de trabajo, se tiene que cumplir; y el gobierno en turno marca reglas
de actuación que, quiérase o no, se tienen que asumir como propias. Es
parte de la institucionalidad.

Por eso, valen al cien las palabras de Blanca al decir al gobernador
Américo Villarreal Anaya: “Somos sus aliados”. Y así tienen que serlo,
precisamente, porque son los ejecutores de las decisiones, de las políticas y
reglas que impone el estilo personal de gobernar. Son los que, en las
ventanillas de cada dependencia, ven y atienden al usuario, a la población
que acude a realizar un trámite. Y el gobernador, institucional afirma: “De
nuestra parte hemos cumplido al garantizar certidumbre en sus puestos de
trabajo, de generar un clima de cordialidad, de colaboración, en el que se
respeta y se valora la dignidad de cada uno, que es el trato que debe existir
siempre entre compañeros y compañeras que se aprecian y se respetan si
en sus diferentes instituciones y ámbitos laborales”.

LA CARA LABORAL

En toda área laboral, privada o pública, lo que vale es el trato que se
da al usuario. Y en este caso, vale recordar que la burocracia en forma
milenaria ha recibido críticas tremendas. Que es lenta, que es tortuosa, que
los trámites son engorrosos; en más de una ocasión hemos sido testigos del
poder de la burocracia: que hacen todo, menos atender al usuario… lo que
conlleva a que, más de una vez, el usuario sale de la oficina pública
echando pestes, vociferando en contra del gobierno y de los empleados.

Y es que el termino, precisamente, el término eso significa: el poder
del escritorio. Pero el resultado puede ser en dos vertientes. La mala, donde
el trato es precisamente deficiente, donde al trabajador lo que le interesa es
ya irse, mínimo a almorzar o terminar su tarea e irse a casa; o seria,
responsable, diligente, amable y sobre todo eficiente. Y esto último se logra
cuando las dos partes cumplen su tarea, su responsabilidad. Américo afirma
que lo está cumpliendo, ¿harán lo mismo los empleados estatales?

ACTITUD DEL GOBERNANTE

El gobierno panista se caracterizó por actuar como si fueran gerentes
de una empresa privada. A los burócratas, a los empleados públicos, los
veían como si fueran sus sirvientes y el trato que les dieron, a lo largo de los
seis años, no fue el mejor. Hoy no les puede ir peor, en razón a que el
Morena pregona entre sus ideales y principios de acción que primero los
pobres, en este caso, tendrían que ser los empleados. Por eso, Américo ya
enfatizo que está cumpliendo con su parte. Blanca y sus representados,
también tienen que hacerlo.

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