Libertad García Cabriales
Todos tenemos luz y oscuridad dentro de nosotros. Lo que importa es la parte que elegimos para actuar: J.K Rowling.
Hace unos días leí una noticia: la brujería y el esoterismo llegan a las aulas en la prestigiada Universidad de Exeter en Reino Unido. Con un máster en Magia y Ciencias Ocultas, la brujería llega a la escuela para analizar lo que ha sido oculto y perseguido: la historia de la magia en Grecia y Roma, los textos ocultos del judaísmo, cristianismo y el islam, además de adentrarse en la historia de la hechicería y analizar la presencia de lo mágico en la literatura y el folclore. Y la Universidad de Exeter cuenta con grandes expertos en el tema, no parece ser casual, dice la nota, que la autora de Harry Potter estudiara en dicha Universidad.
Y la Universidad de Exeter no es la única, también la Universidad de Ámsterdam cuenta con una especialización en Esoterismo Occidental donde se estudia alquimia, magia, astrología, espiritismo, teosofía, ocultismo a través de un análisis riguroso que demuestra la influencia de estas corrientes en la cultura occidental. Además, en España, la Universidad Complutense imparte la asignatura Magia Y Religión, en la cual se analiza el papel de las llamadas brujas, la confusión acerca de este nombre y cómo algunas mujeres fueron estigmatizadas y llevadas a la hoguera, principalmente por el hecho de curar con hierbas.
El mismo Diccionario de la Real Academia, define a la bruja como a una persona que se le atribuyen poderes mágicos obtenidos del diablo. Pero ¿qué representa la brujería, ¿quiénes son las brujas, son realmente capaces de hacer el mal? Uno de los más grandes historiadores, Jules Michelet, publicó en 1862 un clásico acerca del tema, llamado “La bruja”, considerada la obra más importante sobre supersticiones medievales escrita hasta la fecha. La obra levantó una gran polémica en su tiempo y sigue siendo leída en las universidades hasta nuestros días, en la búsqueda del entendimiento de un mundo oculto, prohibido, proscrito. Asociado a las mujeres, el personaje de la bruja es perseguido por las instituciones de la Edad Media y, sin embargo, buscadas por el pueblo para curar a través de su conocimiento de botánica. Y la pregunta sigue en el aire: ¿Cuántas de las miles de mujeres muertas en la hoguera serían inocentes?
Y no sólo el pueblo ha buscado la magia. Muchos reyes, emperadores, príncipes y mandatarios han tenido su mago, brujo, chamán o santón de cabecera. El reconocido Oráculo de Delfos, guía imprescindible para la toma de decisiones de los poderosos en la antigüedad griega. Los videntes lectores de vísceras, consultados por los emperadores romanos. Las señales que del cielo recibía por medio de sus consejeros el emperador Moctezuma. El astrólogo siempre acompañante de Hernán Cortés en las batallas de conquista. Y hasta la fecha. En tiempos de Inteligencia artificial y nanotecnología, la procesión a Catemaco de muchos políticos mexicanos sigue siendo una constante.
Escépticos o no, todos hemos tenido alguna relación con el tema. Por mi parte, la primera vez que escuché acerca de las brujas y los hechiceros fue a través de los cuentos infantiles y también mediante las tenebrosas historias contadas por mis abuelos en medio de la noche hablándonos de esos seres voladores a veces buenos y a veces malignos a quienes construíamos de forma fantasiosa en nuestra imaginación. También, como muchos niños de mi tiempo fui sometida a “barridas” con huevo y albahaca para el famoso mal de ojo. Tiempo después fueron la literatura y el arte una fuente inagotable para conocer el hechizo. ¿Cómo olvidar la historia shakesperiana de las brujas en Macbeth, la presencia de Mefistófeles en el magistral Fausto de Goethe o el encantamiento de Medea y de la bella Circe que tentaba a Ulises a beber de su pócima mágica?
Para no ir más lejos, hace unos días leí una historia novelada de la esposa de William Shakespeare, quien se dedicaba a curar con hierbas y conjuros. En todas partes hay ejemplos. Nuestro país está lleno de historias al respecto: el niño Fidencio, el indio de Axtla, María Sabina, la Paca y muchos más. En nuestro estado el caso de la Yerbabuena es todo un tema para el análisis de sociólogos e historiadores. Ya la literatura dio cuenta del acontecimiento a través de una obra de Altaír Tejeda. El engaño y el abuso perpetrados por vivales contra gente inocente que terminó en tragedia con muchos muertos. Un caso todavía con demasiadas interrogantes.
En fin. El tema no se agota. Para bien o para mal es parte de la historia universal. Y el hecho de ser analizado académicamente en las universidades nos habla de la necesidad de conocerlo. Mucho nos falta por saber de la brujería y sus efectos. De la magia, las ciencias ocultas, el espiritismo y su impacto en la cultura, en la política, en las decisiones de los poderosos. Los estudiosos dicen que, como cualquier otro tema, debe ser analizado a profundidad. Por lo pronto la Maestría en Magia y Ciencias ocultas estará abierta a partir de septiembre de este 2024 en la Universidad de la histórica ciudad de Exeter. Tal vez pronto veamos esos estudios por acá. ¿Usted qué opina?