En la columna de ayer expresamos que políticamente es incorrecto expresar, que los alcaldes pueden hacer lo que quieran, incluso tener rentas de las que nadie se asusta, pero lo que no se puede permitir es, el no realizar bien su trabajo.
Claro que algunos se molestaron y nos pidieron nombres, obviamente es difícil apostar por quienes podrían ser buenos administradores, como en evidencia lo fue Chucho Nader, quien, más allá de la derrota municipal, de Rosa González, si nos quedamos en el plano local, Tampico, brilló.
Y en este mismo sentido, comencemos hablando de los que podemos apostar harán bien su trabajo. En el sur y aprovechando que hablamos esta zona, es evidente que, por el expertís, nadie duda que la señora Mónica Villarreal Anaya, sea una gran alcaldesa, como igual es el caso de Erasmo González, quien ya lo fue en su natal Madero, de manera interina, pero fue presidente, y ya sabe lo que es, ese nivel de responsabilidad.
Ambos futuros alcaldes, tienen trabajo administrativo y político, como para advertir, que podríamos ponerlos de ejemplo, apostando un buen futuro para Tampico y Madero, porque si nos vamos a Altamira, Armando Martínez por algo fue reelecto. Por decirlo nuevamente, él fue el más votado porcentualmente en la entidad.
Podríamos hablar de Alberto Granados de Matamoros, quien va por primera vez como alcalde y tiene la oportunidad histórica personal, de hacer un trabajo que trascienda y calle todas las dudas de sus adversarios.
Realizar una gran administración municipal, con la opción a revalidar su trabajo es importante. Es indispensable, como advertimos, teniendo un equipo de profesionales que le permitan el lucimiento político y administrativo.
Y para cerrar, lo hemos dicho tantas veces como ha sido necesario, siempre en la crítica constructiva de que los que se ve no se juzga; el clan Canturosas, de Carlos y la señora Carmen Lilia ganaron este espacio por el respaldo federal de la Cuarta Transformación, de Morena, de Andrés Manuel López Obrador y del jefe político el Dr. Américo Villarreal Anaya.
Es decir, se fueron en el paquete, pero como muchos lo saben, no ganaron por guapos, que no lo son, mucho menos buenos administradores, que, si a veces no se nota, es por el cúmulo de los miles de millones que administran, pero nunca por eficientes.
Pero esta es otra historia. La vida avanza y tiene caducidad, en una entidad que, como advertimos, el control de la entidad está en la administración ejecutiva del gobernador, del poder legislativo y de un judicial que está realizando su trabajo en empatía evidente.
Vamos a ver qué pasa, porque los responsables de sus administraciones son los alcaldes y ellos tienen que generar “gabinetes” profesionales más allá de los compromisos.
Si ubican medias cucharas en las áreas de trabajo que mucho importan, como tesorería, oficialía mayor, servicios públicos, desarrollo urbano, etcétera, que Dios los agarre confesados.
Posdata: Ya sabemos que existen dobles contabilidades y que los trucos de las finanzas dan para eso y más; sin embargo, aun así, las pistas, las migajas de los malos administradores son de tal descaro, que luego ahí andan pidiendo favores u ofreciendo chantajes, como son los casos de Laredo y Reynosa.
Nostra Política: A trabajar que se ocupa…
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