Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Desde que el Frente Amplio por México lo anunció como el
responsable del tema de la seguridad pública, el exgobernador de
Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, y los mismos partidos
opositores, han sido blanco de toda clase de burlas a través de redes
sociales y por parte de la mayoría de los medios de comunicación del país.
Hasta el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador,
se ha sumado al pitorreo de la decisión del PAN, PRI y PRD, de entregarle
ese nombramiento al reynosense, actualmente autoexiliado en Estados
Unidos por temor a que le ejecuten una orden de aprehensión.
“¡Cómo nos ayudan cuando Claudio (X González) y todo este bloque
proponen al señor que fue gobernador en Tamaulipas y que tiene denuncias
por presuntos actos delictivos, y lo nombran como coordinador para la
seguridad !”, dijo López Obrador en su mañanera del pasado viernes.
Como muchos tamaulipecos, este reportero considera que la
administración de Cabeza de Vaca ha sido una de las más corruptas que ha
tenido nuestro Estado, y derivado de eso es muy probable que dentro de
pocas semanas, o meses, un buen número de exfuncionarios vayan a
terminar en prisión.
Aquí hemos expresado, insistentemente, que Cabeza de Vaca ha sido
uno de los peores gobernadores que ha tenido Tamaulipas.
Sin embargo, eso no ha sido, ni será, obstáculo para que, a la par de
ello reconozcamos el merito, indiscutible, del panista, de haber pacificado al
estado.
Durante los últimos cuatro años de su gobierno, Cabeza de Vaca
logró que Tamaulipas fuera uno de los estados más seguros del país.
Después de que en 2016 el nuestro era uno los estados más inseguros y
violentos de México, en el 2022 terminó en el tercer sitio de los más
seguros.
¿Cómo le hizo? Nadie sabe. Se cuentan muchas historias al respecto,
desde que hubo un pacto con el crimen organizado, hasta que el gobierno
cabecista integró grupos de ejecución sumaria para ir “limpiando” las
ciudades del estado.
Verdad o ficción, en esos cuatro años las carreteras fueron seguras.
Se redujeron al mínimo las narcobalaceras. No hubo masacres de familias
enteras. Se recuperó la vida nocturna de las principales urbes y se reactivó
la economía. En suma, Tamaulipas dejó de ser un estado de miedo.
Como padres, ya no tuvimos miedo de que nuestros hijos salieran a
fiestas. Tampoco tuvimos temor de viajar de noche por carretera. Muchos
se atrevieron a abrir negocios. La normalidad volvió a casi todo.
Pues bien, entiendo que es precisamente ese logro lo que llevó al
Frente Amplio por México a entregarle a Cabeza de Vaca la cartera de
seguridad pública. Tiene sentido.
El pitorreo hacia Cabeza de Vaca y hacia el Frente Amplio por México
es simplemente parte de una estrategia política enmarcada dentro de la
competencia electoral que se avecina, pero en los hechos el panista tiene el
perfil idóneo para asumir la encomienda que le asignaron.
Sobre todo en estos momentos en que el país está sumido en un
horroroso baño de sangre por la barbarie desatada por los grupos
criminales, cuya perversidad y atrocidad no tienen límites.
¿No cree usted?
EL RESTO.
“CHOCOLATES” A SALVO.- En septiembre concluye el decreto de
nacionalización de autos “chocolates”. A partir de octubre habrá decomisos,
han advertido diversos funcionarios estatales, a modo de amago.
Sin embargo, la realidad es que no habrá tales incautaciones. No las
habrá por dos razones: una, porque el contrabando de vehículos extranjeros
sigue imparable a causa de la corrupción en las aduanas; y dos, porque
para Morena sería un suicidio político implementar una acción de esa
naturaleza en la víspera de una de las elecciones donde se juega la
permanencia en la Presidencia de la República.
Se lo firmo.
ASI ANDAN LAS COSAS.