Ma. Teresa Medina Marroquín.-
Los recientes acontecimientos políticos que “estremecieron” a México,
según casi todos los medios tradicionales y alternativos, anunciaron que el
país estaba en un callejón sin salida.
Caray, de pronto, para quienes nos esforzamos en permanecer muy
cerca de la información, esta también llega a confundirnos, pues es tanta la
avalancha de noticias violentas que hasta los más destacados “líderes de
opinión” llegan a la conclusión de que todo esto es un “Armagedón Político”.
Que los políticos que gobiernan al mundo, pero en especial a México,
ya no tienen remedio. Que son unos demonios.
Así se oye en los hogares, en los trabajos, en las plazas públicas y en
las oficinas donde despachan los más poderosos funcionarios públicos.
Conscientes de lo que ocurre en el plano nacional (la guerra a
muerte) entre el presidente López Obrador y los que controlan al Frente
Amplio Opositor (PAN, PRI, PRD), en Tamaulipas los conflictos igual se
desatan como repercusión de un país imprevisible y descontrolado.
Surgen valientes y aparecen envalentonados que pretenden, al
menos los primeros, entender el por qué vamos al abismo, intentando
corregir el rumbo; mientras que los segundos capitalizan los saldos
negativos que hablan de errores de un morenismo que es contradicho
masiva y sistemáticamente.
Comenzando con los extraños silencios de Alejandro Gertz Manero y
la Fiscalía General de la República que tienen en lo que fue el gabinete de
Enrique Peña Nieto una de las legiones de “ángeles” más santificadas, pues
curiosamente, aparte de Emilio Lozoya, ex director de Pemex, y Genaro
García Luna, secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, todos los
funcionarios controlados por el aterrador Luis Videgaray son “inocentes”.
No obstante, aquí en el territorio local no se pierde la esperanza de
una nueva era que impulse el cambio político.
De hecho, el fin de semana trascendió una noticia de esas que a la
ciudadanía le quita el mal humor y la permanente postura de sospechar de
todo, de no creer en nada y de volverse un eterno pesimista.
EL ACUEDUCTO: UNA OBRA DE MIL 800 MILLONES DE PESOS
La nota que emergió de las oficinas de Comunicación Social del
Gobierno de Tamaulipas informaba: “Logra Américo que Hacienda autorice
recursos para el Acueducto Victoria”.
Fue el secretario de Recursos Hidráulicos, Raúl Quiroga, quien dio el
dato tan relevante, confirmando que el gobernador Américo Villarreal Anaya
había logrado que la Unidad de Inversiones de la Secretaría de Hacienda
“otorgara la clave de registro para la construcción de la segunda línea del
Acueducto de Ciudad Victoria”.
Informando que el costo de esa monumental obra será de mil 800
millones de pesos, destacándose que la gestión de Villarreal Anaya le dará
a la capital una obra que resolverá por más de 30 años el problema de
abasto del agua.
No faltó al mismo tiempo la denuncia, en voz del propio Quiroga, de
que la administración pasada, la de Francisco García Cabeza de Vaca,
frenó la construcción del acueducto.
De ser así se provocara que el pueblo desate una ola interminable de
odiosas mentadas de madre (así de literal) contra quienes ya sabemos, y
cuya traición le costará al PAN ser lanzado al abismo de la derrota electoral.
Es decir, olvídense de las pugnas que no llegaron a gran cosa entre
Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum (aquí lo dije el viernes pasado: “A la
negociación política ahora se le llama guerra”), pues cada región del país
tiene sus propios infiernos y puntos de inflexión y descansa en proyectos de
calidad de vida.
Ojalá todo esto sólo se trate de un prólogo que nos prepare a recibir
una verdadera transformación y el desarrollo acelerado de una nación
siempre destinada al martirio de la corrupción, el saqueo y la violencia.
UAT: DIFUSIÓN CIENTÍFICA
Un gran avance en la difusión del conocimiento científico ha suscitado
en la UAT de Guillermo Mendoza Cavazos la primera edición de la revista
Ciencias Veterinarias y Producción Animal.
¡Excelente inicio de semana!
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