Hace menos de un año previmos que tarde o temprano los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Américo Villarreal Anaya, lograrían, con mucha tenacidad, que las autoridades de las fiscalías, bajo la responsabilidad de Alejandro Gertz Manero e Irving Barrios Mojica, así como los jueces del fuero común y de la federación, comenzaran a girar órdenes de aprehensión contra quienes en el ejercicio del poder saquearon a la Nación.
La gran promesa para una ciudadanía es vivir en medio de la democracia, que sus derechos se respeten y se rescaten los dineros públicos desviados, malversados o robados.
Una cultura que se creía letra muerta mientras los corruptos que gobernaban le apostaban a la impunidad, suponiendo que ese pilar fundamental nunca reviviría la vida civilizada.
Sin embargo, las cosas están cambiando; y una de las ventajas del proceso electoral que se vive es la urgencia de los candidatos de todos los partidos políticos, Morena, PVEM, PT, MC, PAN y PRI, para recuperar la credibilidad de los votantes.
Un escenario político y justiciero que le mete mucha presión, al menos aquí en Tamaulipas, a la Fiscalía General de Justicia y al Poder Judicial del Estado.
Por ejemplo, en su informe de labores correspondiente a 2023, el magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia, David Cerda Zúñiga, señaló que “no hay espacio para una justicia selectiva, de privilegios y de sólo unos cuantos”.
Agregó que “Toda persona, por el simple hecho de serlo, debe ser tutelada en la protección de sus derechos”.
A finales del mes pasado Cerda Zúñiga garantizó que “es tiempo de justicia para todos”.
Se incluyen obviamente, en esa promesa que debemos creer con cierta cautela, los saqueos a las instituciones del país, utilizadas para enriquecer obscenamente a diversos grupúsculos de criminales que no creyeron en la aplicación de la ley, que se burlaron de ella, y ahora (literalmente aterrorizados por el chahuistle) empiezan a esconderse y andar a salto de mata.
MORENA GANARÍA EN TAMAULIPAS; AMÉRICO SERÁ SENADOR
Estos escenarios políticos definen en Tamaulipas, para no ir lejos, que Morena retenga el poder en la mayor parte de los 43 municipios, en las 22 diputaciones locales y 14 plurinominales, así como en las ocho diputaciones federales y las dos senadurías que bien podrían quedar estas últimas en manos del Verde con Geño Hernández y Maki Ortiz, o de Morena con Olga Sosa y el JR, incluso con Francisco Chavira del PT que ya está en la pelea, incluyendo la senaduría de representación proporcional que será entregada como se sabe a la primera minoría.
También dentro de esa transformación se prevé que Américo Villarreal Santiago se convierta en senador de la república.
Un escenario político que igual es un escenario de justicia donde Morena igualmente retendría la Presidencia de la República con Claudia Sheinbaum, esperanzado el pueblo a que el pasado no se vuelva a repetir.
Un pasado que ahora parece estar dedicado a vender los errores de AMLO en Palacio Nacional, y que a base de un ruido ensordecedor oculta mañosamente un pasado terrible que dejó al país devastado por los saqueos y con deudas que todavía pagarán nuestros nietos y los hijos de estos.
LA DENUNCIA DE LA UAT Y LA GRAVE CRISIS DEL PAN
Para colmo del blanquiazul, la denuncia interpuesta por José Carlos Mora García, abogado general de la UAT, contra varios ex funcionarios del Gobierno estatal y de la misma Universidad Autónoma de Tamaulipas, ubican al panismo en una desgracia política que, de comprobarse las graves imputaciones de peculado y coalición de servidores públicos, entre otros delitos, la Fiscalía General de Justicia, a cargo de Irving Barrios Mojica, tendrá que judicializar la carpeta de investigación en un plazo muy breve.
Iniciándose en el Poder Judicial los expedientes que no sólo ordenarían la persecución de diversos ex funcionarios, sino que recrudecería la crisis política y electoral del PAN en Tamaulipas, dándole al PVEM, al PT o al PRI, la oportunidad de convertirse en la segunda fuerza política en la entidad.
¡Feliz fin de semana!
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