A finales del ciclo escolar pasado la Federación puso en marcha la campaña “Si te drogas te dañas”, con el objetivo de informar, atender, promover y evitar el consumo de drogas, sobre todo en alumnos y alumnas de secundaria y educación media superior, a través de una estrategia de acciones en el aula y de campaña de información; y es que en México el problema del uso de drogas tiene varios años en aumento.
Históricamente el docente ha sido el responsable de atender todas las problemáticas al interior de las escuelas, por lo que, como siempre, las escuelas constituyen un ámbito adecuado para los programas de prevención del consumo de drogas, y ello por tres motivos: primero, la prevención debe centrarse en los niños antes de que se desarrollen sus creencias y expectativas acerca del abuso de sustancias y segundo las escuelas ofrecen el modo más sistemático de llegar a la comunidad.
Pero cuando se trata de adolescentes, aunque está comprobado que a los docentes nos hacen más caso que a los padres (aunque le moleste a la mayoría), la verdad es que es menos la atención que tenemos en relación con los amigos y sobre todo la influencia de las redes sociales en la actualidad (hasta yo me he quedado perdida, viendo TikTok, pero ese es otro tema).
Verdaderamente no estoy de acuerdo en que sea responsabilidad del docente todas estas campañas, para mí es como lo de los piojos… Es difícil, casi imposible ver cuál de mis alumnos tiene piojos cuando son pocos, hay algunas señales, (comezón, irritación), pero no nos damos cuenta y cuando ya vemos los piojos el problema es mayúsculo, y lo más probable es que no sea solo un alumno el que esté en esa situación.
Lo que sí considero importante, es tratar de visibilizar el daño que ocasiona el consumo de sustancias adictivas, hace años que está en los libros de texto, las sustancias van cambiando y los efectos también… pero las repercusiones sociales ante el uso de las drogas siguen siendo el mismo. Una crítica negativa y estigmatizadora en ocasiones.
La escuela no es un ente aislado, estamos al centro de una sociedad, somos el centro de la comunidad. Y aunque las adicciones están en un área médica, no educativa, claro que tenemos la oportunidad de llevar acciones para disminuir los “factores de riesgo”.
De esto se trata la estrategia nacional de “Si te drogas, te dañas”, el Estado hizo actividades deportivas y este año son artísticas, pero el objetivo es el mismo.
El docente tiene la autonomía de crear proyectos donde se generan soluciones o cambios y se plantean situaciones y justo ahí puede estar el punto de partida para tomar acción al interior de las escuelas. En secundaria principalmente. El único detalle seria la factibilidad de que estos proyectos sean evaluados por la realidad en la que se encuentran inmersos.
El desarrollo de la estrategia durante las clases, en los centros escolares de Educación Secundaria, toma en cuenta el plan de estudios a partir del ciclo escolar 22-23, en las asignaturas de Formación, Biología, Tutoría, Vida saludable hoy Integración Curricular y en Media superior Ciencias.
Como docentes recibimos capacitación, pero eso no nos hace expertos en ciertos temas y siempre va a depender de la actitud del docente, sobre todo en este caso al querer ser o no partícipe de temas tan escabrosos como el uso de sustancias ilícitas.
Aunque es cierto que hay Guías de Orientaciones para padres, madres y familias, para docentes y un sinfín de carteles con información sobre drogas como cristal, fentanilo, vapeadores y tabaco, y nuestros alumnos están sobreexpuestos a recibir información, no siempre es tomada en cuenta de manera asertiva.
¿Qué nos toca hacer a los docentes?
El mundo de las drogas está cada vez más al alcance de nuestros alumnos; cultura de narcotráfico, películas, corridos buchones y dinero fácil… como puede un docente competir con eso.
No es un camino fácil…
“Con el propósito de sensibilizar al alumnado, personal docente, padres y madres de familia sobre habilidades socioemocionales, prevención de adicciones, inteligencia emocional, autoestima, manejo de emociones y vínculos afectivos saludables, que coadyuven en la construcción de una convivencia pacífica, respetuosa, tolerante e inclusiva.” No es un comercial, es simple y llanamente una idea general sobre el trabajo que se ha venido realizando dentro de una campaña nacional.
Hay escuelas que tienen situaciones de mayor vulnerabilidad a estas problemáticas, pero ningún alumno, de ningún contexto esta exento y en teoría las escuelas pueden recibir apoyos de la SET e instituciones como Secretaría de Salud de Tamaulipas, Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Fiscalía General de la República, Guardia de Género y la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, pero ¿realmente hay un impacto?
¿Qué tanto es un tema de contexto? ¿Qué tanto de descalificar a nuestros alumnos o juzgarlos? ¿Qué tanto es un tema de carencias afectivas? ¿Qué tanto podemos hacer al respecto?
