Ma. Teresa Medina Marroquín
SE ACABARÁN LAS RELECTURAS Y LOS ESCENARIOS HIPOTÉTICOS.
A punto de culminar 2023, podríamos asegurar que los siguientes meses comprendidos del 1 de enero al 2 de junio de 2024 estarán ajenos a las lecturas confusas y agobiantes.
Es decir, si a escenarios políticos nos referimos, en 2024 no habrá relecturas y los niveles de especulación disminuirán radicalmente.
Aparecerán, eso sí, diversas revelaciones, que precisamente es lo que necesita el electorado, de quiénes serán postulados, en el caso de Tamaulipas, a las alcaldías, diputaciones (locales y federales) y senadurías.
Y no de alguna manera, sino de una forma real, la conciencia política deberá iniciar la defensa de la sociedad civil que, a todas luces, ha sido en todo este tiempo de especulaciones, una clara víctima de las ambiciones electorales.
Los partidos políticos en competencia, Morena, PVEM, PT, MC, PAN y PRI igual están obligados, para que las cosas no degeneren, en ofrecer a la ciudadanía una ejemplar autocrítica y un pensamiento renovado de sus proyectos.
Esto es, que se reconozca, cabalmente, que la situación de crisis es asumida y que el discurso de sus aspirantes con altas probabilidades de convertirse en candidatos, incluya la palabra “fracaso”.
La honestidad en política electoral es un ingrediente que no por nuevo no podrá ser de una eficacia enorme.
Al contrario: su inclusión obtendría el gran reconocimiento de los votantes que esperan una totalidad de compromisos viables, que de conflictos entre partidos y poderes.
¿ADALIDES DE LA RESISTENCIA CIVIL?
Nadie, en esta breve y sencilla radiografía, está dispuesto a seguir escuchando que todo acto de gobierno es el equivalente a un 100 por ciento de triunfos en beneficio de la población.
Evidentemente surgen las fallas: los gobiernos son un conjunto integrado por humanos, cuyos actos no pueden siempre arrojar resultados perfectos y dignos del aplauso y de los reconocimientos de la crítica inteligente.
En ese sentido, molesta gravemente e insulta a la inteligencia ciudadana, que ciertos partidos políticos que gobernaron en el pasado borren de un plumazo (con un horrible borrón de tinta) sus desaciertos en las administraciones públicas.
Y que ahora, con todo el cinismo del mundo, les dé por criticar frontalmente a quienes están en el poder, como si sus gobiernos, muchos de ellos arrojados al basurero de la historia, no tuvieran efectos y consecuencias en los tiempos actuales, cuyas corrupciones gravísimas están siendo enfrentadas por gobernadores y presidentes municipales, que no hallan la puerta para resolver las desgracias heredadas.
Un claro expediente de ese pasado son las condiciones en que se encuentra la vía pública y la deplorable imagen de las ciudades, que no pueden resolverse -en breve tiempo- con los actuales presupuestos.
Y estas aberraciones y contrasentidos son casi nada si las medimos con los saqueos brutales a los presupuestos en cientos y cientos de obras públicas que nunca se llevaron a cabo, pero cuyos recursos cuantiosos se cobraron y fueron a parar a las cuentas bancarias de funcionarios y constructoras.
Otras “obras públicas” y “gastos en medicamentos” simplemente se justificaron mediante facturas apócrifas, suscitando que esas cuentas públicas y sus impunidades las haya encubierto la anterior Auditoría Superior del Estado de Tamaulipas.
¿Y así esos partidos políticos se hacen pasar por los adalides de la “resistencia civil”?
SOLIDARIDAD Y DEMOCRACIA, SON LA RESPUESTA
En suma: el anhelo de la gente es que los partidos políticos realicen en 2024 el mayor de los actos públicos de solidaridad. ¿Quiénes tendrán la capacidad de cumplir la democracia que el pueblo demanda?
¡Feliz y Próspero 2024!
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