Los diputados del bloque oficial de la sexagésima sexta Legislatura del Congreso de Tamaulipas, ya recibieron su primer revés; y el encargado de hacerlo, fue el Tribunal Electoral del Poder Judicial, quien les ordenó, tomarle protesta de manera remota como diputado local, al ausente Ismael García Cabeza de Vaca, poniendo con esto, fin al primer capítulo de esta telenovela legislativa.
Incluso a pesar de todos los amagos que hicieron los diputados morenistas y sus aliados para evitar que el hermano menor del anterior gobernador del Estado, se presentara a ocupar su curul.
Con esto, se tiran abajo las expectativas de los más optimistas que auguraban que esta nueva legislatura iniciaría reforzada, gracias a la experiencia de los diputados reciclados de la sexagésima quinta y con las caras nuevas, que llegaban para brindar una bocanada de aire fresco a este poder.
Después de que la anterior legislatura pasará a la historia como una de las más controversiales, pues estuvo plagada de traiciones, fracasos, plagios, pleitos, golpes y sombrerazos de la mano de su presidenta, Úrsula Salazar Mojica, quien repite como diputada local en la bancada morenista.
Con los antecedentes de la anterior legislatura de liarse en la grilla barata y de perder ante los tribunales más de un pleito. Se esperaría, que los actuales diputados locales de Morena y sus comparsas, analizarían de manera concienzuda que batallas valen la pena luchar y cuales son inútiles.
La legislatura actual, liderada por Humberto Prieto Herrera, topa con pared y repite los errores de su antecesora, ante la resolución de la Sala Regional Monterrey del Tribunal Electoral del Poder Judicial, al justificar a Ismael García Cabeza de Vaca su incapacidad de asistir al Pleno por encontrarse supuestamente enfermo de Covid-19.
Los magistrados informaron al Congreso de Tamaulipas que, en un plazo máximo de 24 horas, se le debería tomar protesta como diputado y en caso de no acatar la orden, el legislador electo entraría en funciones al vencer dicho plazo.
Así, Ismael García Cabeza de Vaca, se convierte en el séptimo diputado de la bancada panista del Congreso de Tamaulipas, aunque todavía no hace acto de presencia en el Palacio Legislativo.
Tal parece, que quien asesora jurídicamente a los diputados morenistas que llegan al Congreso del Estado, más que su amigo, es un enemigo. Ante los múltiples reveses en los tribunales, que dejan muy mal parada a la bancada, ya que parece que formulan las leyes, más por ocurrencia o capricho y no por un conocimiento del marco jurídico actual.
En próximos días, se verá si la fama que trae arrastrando Ismael García Cabeza de Vaca como agente catalizador de la oposición es justificada, o solo es un cartucho quemado más, que simplemente busca la protección que brinda el fuero legislativo.