Melitón Guevara Castillo.-
La semana pasada, sin tanta algarabía, Carlos Solís tomó posesión como nuevo Presidente Estatal del PRI en la entidad. Llega después de que, recuerden que ya estaba, pero que Mayra Ojeda enojada recurrió al argumento de “prelación” y por unos días se dio el gusto de ser la lideresa estatal. Llegó Mercedes de Carmen Guillen y, hagan de cuenta, que se corrigió el rumbo, de ahí que ahora sí Carlos está firme en el timón tricolor.
A su llegada se dio, hagan de cuenta, una “renovación” en el Comité Ejecutivo. Llegan, ahora sí, con la bendición de Alejandro Morena y con la tarea de sacar al PRI de la barranca o del hoyo. La cuestión es que en este momento hagan de cuenta que están en el fondo y tienen como tarea sacarlo a flote. Como decía Manuel Cavazos Lerma, tienen que usar la imaginación, puesto que recursos, lo que se dice, recursos, no tienen.
¿SALIR DEL HOYO?
Hay una cuestión básica, fundamental: ¿quieren sacar al PRI del hoyo o, de plano, aprovechar la última oportunidad para sacar un beneficio propio? Por qué esa, no hay de otra, ha sido el liderazgo de Alejandro Moreno. Sacar del hoyo al PRI significa, en este momento, darle respiración y desarrollar acciones que, a la larga, le permitan recuperar espacios. En lo personal es una tarea complicada: no puede ser de la noche a la mañana, tienen que recuperar, entre otras cosas, credibilidad, y hacer mucho trabajo.
Entre los nuevos, bueno, unos no tan nuevos, aparecen nombres o apellidos que los priistas difícilmente pueden olvidar: el de Florentino Sáenz Cobos, que fue alcalde en la época de Américo Villarreal Guerra: hizo una chamba desastrosa y los manteses no lo olvidan; su paso por la CNC tampoco fue agradable para los campesinos… y los priistas no pueden, no deben olvidar, que fue subsecretario general con Cesar Verástegui, sí, en el sexenio cabecista, y es el nuevo Secretario de Organización del PRI.
Debo confesar que me causó sorpresa ver apellidos como los Guajardo Maldonado: Sergio y Marisela o el de Lucina Villanueva Rangel. Han medrado, vivido del partido, y la verdad no sé qué le han aportado. En cambio, veo que Horacio Reyna Guerra está como Subsecretario de Organización o que Leticia Santoyo está en Comunicación Institucional; Horacio tiene vida partidista en la talacha; en tanto que Leticia es su primera incursión en una tarea partidista.
EMPEZAR DE ABAJO
El PRI siempre vivió del oxígeno que le confería ser el partido del gobierno, en el poder. Y hemos visto que, al no serlo, inicio una caída que, para unos, es sin retorno. Sin embargo, en lo personal, creo que sí puede haber uno, el problema es que no es fácil. Tienen que empezar desde cero, desde abajo y de ahí construir una presencia estatal. Requieren de un liderazgo que aparezca, brille y crezca a los rincones de la entidad.
Doy de ejemplo Victoria: Horacio Reina, el regidor, en la medida que puede ha logrado que la gente no se olvide del PRI. Y, por el otro lado, tenemos a una Alejandra Cárdenas Castillejos, diputada local, que trae un ritmo legislativo intenso con iniciativas que tocan problemas sensibles para la sociedad y las familias; y que, por otra parte, en la medida que puede hace gestiones y no le da la vuelta a los problemas que de una u otra colonia le plantean. Su trabajo la puede conducir a ser la candidata natural a la Presidencia capitalina.
ALTERNANCIA NECESARIA
En la historia política se cuenta que la alternancia es necesaria y positiva. A nivel nacional ya se vivió dos experiencias: PRI-PAN-PAN-PRI-Morena. El PRI perdió por corrupto, el PAN por ineficiente y ahora la cuestión es si Morena será capaz de trascender más allá de dos o tres sexenios. En Tamaulipas también ya llevamos dos: el PRI perdió ante el PAN y este con Morena. Los escenarios, tanto nacional como estatal, es que en la elección del 24 Morena puede ratificar su empoderamiento.
A nivel nacional la percepción es que seguirán con la Presidencia de la República; en las Cámaras, la apuesta de AMLO es barrer a la oposición para hacer, entonces, una Constitución a modo de su proyecto. Y en el caso de Tamaulipas hay tanto desprestigio del PAN, que difícilmente puede recuperar espacios. Y en el caso del PRI la situación es aún más complicada, puesto que entre sus dirigentes hay la percepción de que, por el momento, hay que aprovechar la oportunidad, que puede ser la última.
No estoy enterado, pero si en otros municipios hay liderazgos como el de Alejandra Cárdenas en Victoria, creo que el PRI puede pensar, creer pues, que puede retomar a largo plazo el poder… Pero tiene que empezar, por lo pronto, a nivel municipal como una forma de crear y fortalecer una estructura político-electoral capaz de llevarlos de nuevo al triunfo.