Melitón Guevara Castillo.-
En esta época, hagan de cuenta, los victorenses estamos sufriendo
un castigo divino. Por un lado, se padece el problema de la basura, buena
parte de las calles están convertidas en verdaderos cráteres (por sus
grandes baches) y de varios años atrás vivimos, padecemos, el problema
del abasto de agua. Si los problemas municipales, los servicios públicos, se
agravan, espero que no nos suceda lo que en Oaxaca: que nadie quiera ser
Presidente Municipal.
Y digo castigo divino porque, desde hace varios meses, el Presidente
Municipal Eduardo Gattás da muestras de su religiosidad, sus frases y
expresiones son frecuentes en las redes sociales. Así, de pronto se le
ocurrió pedir a la población que haga oraciones para que llueva y todo hace
indicar que no han sido suficientes, puesto que cada día hay menos agua:
tanto que ya se anunció un nuevo esquema de tandeo… en Teocaltiche
solo habrá los martes, jueves y sábados, tres días a la semana.
CERCA DE DIOS
Por muchos años pensé, estaba plenamente seguro, que Victoria era
una ciudad privilegiada, cerca de Dios. Y es que, año con año, nos
enteramos como hay ciudades de México, como de otros países, que son
víctimas de la naturaleza: ciclones que destruyen barrios, comunidades y
que lastiman a ciudades enteras; lluvias que inundan y destrozan calles, y
hasta provocan más de un fallecimiento. Recuerdan el caso, reciente, del
biólogo que apoyaba en sacar un vehículo de una corriente y que cayó a
una alcantarilla abierta: se le encontró fallecido.
Victoria, por su ubicación, era bendecida de manera periódica con
lluvias que abastecía los mantos acuíferos, no teníamos problemas de
agua; los ciclones no llegan, nos sacan la vuelta, pero eso sí, nos dejan
lluvias y más lluvia. Y no hay temblores, como sucede, con la CDMX, entre
otras. Quizá el mal, acentuado en los últimos años, ha sido tener pésimos
gobernantes, que no planean estructura ni condiciones de desarrollo. Hoy,
Victoria, quizá Victoria tiene los gobernantes que merece.
NO HAY AGUA
Cuando se hace un diagnóstico del problema del agua en la capital
tamaulipeca se recuperan hechos y datos que nos hacen pensar mal, tanto
de los gobernantes como de los pobladores. En principio, el dato muestra
que hay una tremenda fuga de agua en virtud de las fallas de la red de
agua: roturas, por todos lados, que los ciudadanos día con día documentan
en las redes sociales y que, por lo que se ve, la Comapa no atiende con
eficiencia. Se tira mucha agua. En la vertiente de la población, se
documenta que no hay una cultura de cuidado del vital líquido: lo
desperdiciamos, la usamos de manera irracional.
El gran problema es que el agua, pese a que es un recurso renovable,
porque nos llega con la lluvia de los ciclones o de las épocas de lluvia. La
cuestión, el detalle, es que en los últimos años las lluvias cada vez son más
escasas; en consecuencia, disminuye el nivel de los ríos y del
almacenamiento de las distintas presas. Al grado que, en cierto momento,
las autoridades han tenido que tomar decisiones drásticas, como castigar a
la agricultura, evitar el riego, para dejar el agua para el consumo humano.
Eduardo Gattás, el Presidente Municipal, cuando fue candidato por
primera vez prometió hacer la segunda línea del acueducto; ya cuando se
sentó a gobernar, se dio cuenta que no era fácil, hasta que llegó Américo
Villarreal Anaya. Sin embargo, tenemos que tener conciencia, de que no
sirve de nada un acueducto si no hay agua: la escasez del vital líquido ya
obligó a la Comapa a reprogramar el sistema de tandeos: algunos sectores
de la ciudad, sean fraccionamientos o colonias, van a recibir agua 5 días a
la semana; otros, cuatro días y los más castigados, solo tres días a la
semana.
CUIDAR EL AGUA
La cultura del agua demanda tomar acciones concretas, entre ellas:
no dejar correr el agua en la llave, lavar el carro con una cubeta de agua,
lavarte los dientes con un vaso de agua, cerrar bien las llaves, cuidar que no
haya fugas en la instalación de casa, bañarnos en cinco minutos, reutilizar
el agua, colectar agua de lluvia. y así podemos enumerar más y más
acciones. La cuestión es tomar conciencia y actuar en consecuencia… El
agua cada día es menos.