junio 1, 2024
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Dhena Mansur Sánchez

Cero empatía

noviembre 13, 2023 | 250 vistas

Dhena Mansur Sánchez.-

Muy buenos días, queridos lectores de El Diario de los Bien
Informados, deseo que su semana sea muy pero muy productiva y
gratificante.

En esta ocasión quiero platicarles algo que me sucedió no solo a mí
sino a una cuantiosa cantidad de personas a las afueras de la escuela de
uno de mis dos pequeños.

Estábamos todos los padres de familia listos pasadas de las 3:30 de
la tarde, después de nuestra jornada laboral del lunes, con todas las ganas
de recoger a nuestros hijos esperando que nos abrieran el portón para
poder pasar a los respectivos salones por ellos.

Pues resulta que ya estábamos la gran parte de los padres de familia
dentro de nuestros carros con nuestros hijos, y nadie, pero nadie podía
avanzar. El tiempo pasaba, la paciencia se perdió y todos los que estaban al
volante se asomaban por su ventana para ver qué era lo que pasaba.

Imagínense la desesperación de los pequeñitos que desconocían
totalmente el porqué de la situación. Nunca había visto a tantas personas
siendo afectadas por un solo conductor y lo peor del caso: no se tardó un
minutito, su demora fue larguísima.

No puedo entender con qué tranquilidad, en primer lugar, dejas tu
carro en medio de todos, es decir, donde más estorba, obstruyendo los dos
carriles porque a decir verdad, por culpa de él tampoco podían avanzar los
del otro carril. Hay personas que conscientes de la situación al menos dejan
a alguien dentro de la unidad que pueda hacer algo o incluso lo dejan con
las llaves y lo mueven, pero fue todavía más impresionante ver la
tranquilidad con la que el dueño del carro, sin ninguna vergüenza, sale del
plantel con su hijo y se sube como si nada, como si nadie de nosotros
estuviera a un lado.

Perdónenme pero, ¿de qué se trata? En qué momento se perdió toda
la empatía con las demás personas, el procurar estacionarnos en un lugar
que no afecte a nadie, y si no encuentro le sigo buscando, pero jamás,
jamás me quedo en donde afecto a otros o peor por mi culpa se para
totalmente la circulación de la vialidad.

Esto es una simple experiencia que sucede en un día común y
corriente pero que da mucho de qué hablar si de comportamiento hablamos.

Es una conducta totalmente reprobable y a la vez triste porque denota
no solo falta de empatía, también egoísmo. Esa persona, por ejemplo, solo
pensó en sí misma, nunca en los demás niños ni en sus padres.

Nunca olviden, queridos amigos que aunque no lo creamos o aunque
a veces no parezca, todas nuestras acciones pueden afectar a otro ser
humano, es por eso que hoy les digo, o más bien los invito, a que siempre
mediten antes de actuar y pregúntense al menos: ¿lo que haré es lo mejor
para todos? O ¿Afectaré a alguien? No podemos convertirnos en seres
indiferentes, si no, que nos espera como sociedad, y de ejemplos tan
simples como este es de donde puede sacarse un gran aprendizaje para
reprobar y corregir hechos como esos y actuar totalmente a la inversa, es
decir, con toda la empatía del mundo, que, créanme, hoy en día es lo que
está pidiendo a gritos nuestra sociedad. Simplemente observen a la gente
ahora al momento de conducir ¿A poco no te arruinan el día por lo enojados
que manejan? Antes predominaba la amabilidad; cedías el paso por
elección propia, ahora se pasan el alto hasta cuando les corresponde
hacerlo, una total barbaridad y llegas a tu destino con toda clase de insultos,
pero lo peor del caso, ya creemos que eso es normal, cuando no debe
serlo.

Es por eso que hoy los invito a revivir ese lado humano, empático que
en realidad todos sí tenemos, ese fue el motivo original del nombre de esta
columna, el querer que no se pierda el lado amable es y debe ser una
constante en nuestro vivir, al menos desde esta trinchera lo es y sé que tú
que me lees te unirás a este deseo por pensar lo mismo. ¡Gracias!

X: @DhenaMansur

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