Mientras miles de agricultores del norte de Tamaulipas se vieron obligados a dejar de sembrar maíz por la insuficiencia de agua para riego y tuvieron que cultivar sorgo, un grano con menos rentabilidad, lo cual les representará grandes perdidas económicas, en Nuevo León, el gobernador, Samuel García, festeja y presume que, para la próxima temporada vacacional de Semana Santa, la presa “La Boca” estará a más de la mitad de su nivel con la ayuda del agua de la presa “El Cuchillo”.
Es decir, mientras los productores tamaulipecos sufren la incertidumbre de no saber si podrán lograr ingresos para su subsistencia porque sus tierras no tendrán el mismo rendimiento, el mandatario neolonés hace fiesta adelantada porque, según sus cálculos, la icónica presa “La Boca” estará lista para recibir a los miles de turistas que acostumbran visitar ese destino.
El asunto lo llevó al Congreso del Estado, el pasado miércoles, el coordinador de los diputados del PRI, Edgardo Melhem Salinas. Desde la tribuna legislativa les explicó, “con peras y manzanas”, a todos sus compañeros, la evidente violación al acuerdo de 1996 firmado por los gobiernos de ambos estados, Tamaulipas y Nuevo León, a través del cual se comprometieron a que el agua de la presa “El Cuchillo”, tendría dos usos exclusivos: uno, garantizar el abasto para consumo humano de los habitantes de Monterrey; y dos, el riego de las casi 70 mil hectáreas que se siembran cada año en el distrito de riego 026 en la zona norte de Tamaulipas.
Al utilizar el agua de “El Cuchillo” para rellenar la presa “La Boca” con fines estrictamente turísticos, el gobierno neolonés viola impunemente el acuerdo y con ello no solo lastima la economía de más de 4 mil familias tamaulipecas, sino también se burla de ellas porque, en noviembre pasado, cuando se les negó a los agricultores el trasvase a la presa “Marte R. Gómez” de los más de 200 millones de metros cúbicos que le corresponden al distrito de riego 026, la Comisión Nacional del Agua, (Conagua), se justificó con el argumentó de que lo hacia porque, ante la poca disponibilidad del liquido, era prioritario garantizar el abasto para consumo humano de los regiomontanos.
Ante ello, Melhem Salinas consiguió, esta semana, que todas las fuerzas políticas representadas en la 65 legislatura del Congreso de Tamaulipas, aprobaran una iniciativa de punto de acuerdo para exhortar a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a frenar el uso del agua de “El Cuchillo” a la presa “La Boca”.
A la vez, exigió que el gobierno de Nuevo León pague una indemnización para los agricultores del distrito de riego 026, y que se revise nuevamente la posibilidad de hacer un trasvase de agua de la presa neolonesa a la tamaulipeca.
Que bueno que todos los diputados, hasta los de Morena, se sumaron al reclamo. El problema es que, como ha quedado demostrado una y otra vez, los exhortos legislativos no significan nada. Nadie les hace caso. Y dudo mucho que esta vez la Conagua y el gobernador neolonés lo hagan.
Lo cierto es que, ha faltado mayor decisión del gobierno tamaulipeco, y de los mismos productores afectados, para defender el agua que le corresponde a Tamaulipas de la presa “El Cuchillo”, y eso ha provocado los excesos y abusos del mandatario del vecino estado, quien pareciera estar recibiendo un trato privilegiado de la federación.
Esperemos que, ante este nuevo abuso de García, haya una reacción pronta y más severa por parte de Tamaulipas. No se puede permanecer de brazos cruzados ante las chiflazones de un mandatario.
ASI ANDAN LAS COSAS.