Eleazar Ávila
Me niego a sostener, como la mayoría, a determinar el deceso absoluto del PRI en la República Mexicana; sin embargo, eso nada tiene que ver con la minúscula participación, su mezquina participación, su acobardada participación y su “otesca” participación en elecciones de tiempos de Ernesto Zedillo “el primer gran traidor”, a la fecha.
(Porque demócrata “mis polainas”. Zedillo fue famoso por el chiste de que se enteró, cuando iba, literalmente por las tortillas y que sería candidato sustituto del asesinado Luis Donaldo Colosio. Su legado, una “sana distancia”, de su gobierno, con el PRI, además de morder la mano de Carlos Salinas de Gortari, quien lo hizo Presidente).
Traición interna que se volvió, de ese dos mil a la fecha, el deporte más felón, desleal, alevoso, pérfido, infame, indigno, falso, engañoso y perverso de cientos de miles de las élites del PRI y su alta burocracia.
Y ajusto, el tema de abajo, ese sí que merece todo mi respeto. El pueblo y su ignorancia colectiva siempre son el mismo entreverado a lo largo de los milenios.
Es arriba donde están los intereses, las marrullerías, los asaltos a mansalva de la sociedad, la educación mediocre para el pueblo, y los espacios acotados para la formación de sus élites que, por supuesto que hay casos de aplauso y excepción.
Familias que hacen una amorosa inversión para que sus hijos tengan educación de calidad privada, en México o en el extranjero, o ciudadanos que por sí mismos se salvan, haciendo lo propio, edificando su futuro, por selección natural.
Pero, el target evidente de los gobiernos de casi cien años, es que exista un filtrado, donde las “oligarquías” de los años 20 a la fecha, es que, primero los suyos y finalmente, aunque suene bonito, después “primero los pobres”.
Ese mercadológico, pero eficiente acto para el desarrollo de media tabla; y en ello, no hay partido en el Castillo de Chapultepec, en Los Pinos y ahora en Palacio Nacional que se salve.
Y aquí la mayor carga es para el PRI, con 77 años, el PAN con 12 y Morena con seis. Quienes, en el poder, amasaron tal nivel de privilegios, que ahora no quieren perder, porque, además, los dos primeros saben que el Estado que construyeron, tiene más filo que una guillotina, las fuerza que una boa constrictor, más veneno que una “taipán”, más dientes que un tiburón blanco y cientos de miles de soldados de verde olivo o de blanco, códigos y leyes, para imponerse ante cualquier asomo de insurrección.
¿Les queda claro ahora, el porqué de la “cobardía estratégica” de tantos y tantos que viven en verdaderos palacios, ranchos, o bien en el exilio dorado allende nuestras fronteras?
Por eso, y aquí el posible epitafio que tiene el PRI y su empleado de palacio, “Alito” Moreno, quien se ha agandallado al partido de San Plutarco y Miguel Alemán, porque, bien que sabe que sus adversarios, igual que él, están en el mismo horno, en el mismo lodo, todos manoseados.
Como me escribió uno de nuestros apreciados letra-escuchas… En el PRI, sus élites, chiquitos y echados a perder, como huevos de Conasupo… Y sí, señoras y señores, harto de sus salivazos, también le diré como vociferaba Vicente Fox. ¿Y yo por qué?
1.- Agua sucia, pero agua al fin. Es lo que siempre diré por muchas semanas. Y es que ahora, los de abajo, los de la mitad y los de arriba, quienes antes teníamos aire en las tuberías, estamos enojados porque ahora tenemos agua sucia.
Señoras y señores, el sarro se acumula y nuestros sistemas de limpieza tienen que hacer la tarea que, en Tampico, en Madero y en Altamira, por supuesto que, en la Capital, están aplicados.
Así que paciencia, es lo que demandan los alcaldes y los titulares de las Comapas de ambas zonas.
Mientras, los presidentes, siguen en la trinchera limpiando atarjeas, coladeras y coladerotas, canales y drenes, que seguro fueron afectados por las lluvias de hace 15 días.
Todos, además, con la conciencia de que el agua genera los inconvenientes en el deterioro del pavimento, pero toca, serenidad y la paciencia. Estoy seguro de que en este sentido el mismo Gobierno de Tamaulipas, les proveerá de recursos para programas emergentes para el bacheo.
En fin, queríamos agua, tenemos la suficiente por varios años, ahora nos toca, hervir, purificar, potabilizar y, sobre todo, dar gracias a Dios y si quieren, hasta una estatua le hacemos a la tormenta “Alberto”.
Nostra Política: “Los cobardes mueren muchas veces antes de su verdadera muerte; los valientes prueban la muerte solo una vez”: William Shakespeare.
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