marzo 13, 2025
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Cien años del agrarismo de Portes Gil

febrero 7, 2025 | 155 vistas

La lucha revolucionaria iniciada en 1910, encabezada por Francisco I. Madero, en la que se alzó el estandarte y reclamo del pueblo en contra del régimen de gobierno del Gral. Porfirio Díaz, sumó de inmediato las demandas de campesinos, de trabajadores agrícolas y jornaleros, por las desigualdades sociales que padecían.

Bajo el lema de “Tierra y Libertad”, esta guerra, que costó cientos de vidas, generó acciones importantes en torno a la tierra y la exigencia de repartirla a quienes la trabajaban.

Por ello, antes de la promulgación de la Ley Agraria de 1915 por Venustiano Carranza, en 1911 el Gral. Emiliano Zapata luchaba por la restitución de tierras a los campesinos proclamando el Plan de Ayala, en 1913 en los límites territoriales entre San Luis Potosí, Tamaulipas y Nuevo León, el Gral. Alberto Carrera Torres proclamaba la Ley Ejecutiva de Reparto y el Gral. Lucio Blanco Fuentes entregaba los primeros títulos de ejidatarios, llevando a cabo el primer reparto agrario en Matamoros; hasta la consolidación de esta Ley en la Constitución Política del 5 de febrero de 1917.

Es en el gobierno del licenciado Emilio Portes Gil, donde se recuerda con profundo orgullo agrarista, que en la Hacienda Santa Engracia, dotó de 426 hectáreas a un grupo de campesinos, el seis de febrero de 1925, apenas al día siguiente de su posesión como Gobernador del Estado.

Este acontecimiento marcó, sin duda, un antes y un después de la tan anhelada reforma agraria en Tamaulipas, la zona centro del estado representó la oportunidad social y política para Portes Gil, visualizando un crecimiento organizado en torno al tema de la tierra.

Previo a dicho acto, el gobernador interino, Candelario Garza Cantú, había otorgado en 1924 la dotación de algunos ejidos, como: San Patricio, Cruz y Cruz, La Garrapata y Misión unidas y Cuauhtémoc.

A cien años de distancia, en esta importante región, destacada por su alta fertilidad y abundante agua, y que actualmente se distingue en el estado como la zona citrícola por excelencia, debemos reconocer la voluntad política de don Emilio Portes Gil, al ejercer el poder público en beneficio de campesinos y trabajadores.

Esa visión agrarista le dio vida a ejidos como San José de Santa Engracia, Guillermo Zúñiga, Estación Cruz, Oyama y otros tantos más, que, para septiembre de 1926, permitieron la creación de un modelo de organización y aglutinamiento basado en el reparto de tierras, la escuela rural y la continuidad de la defensa de las causas: la Liga de Comunidades Agrarias.

Desde entonces, desarrolló una intensa labor agraria, basada en estos principios, lo que le permitió, haber repartido más de 150 mil hectáreas en cuatro años de gestión. Portes Gil promovió continuamente la realización del programa revolucionario, el fortalecimiento de la Liga y las buenas relaciones con las autoridades agrarias; en su equipo de agraristas, impulsó a personajes como Graciano Sánchez, Marte R. Gómez, Magdaleno Aguilar y Bernardo Turrubiates.

Es de reconocer que el campesinado progresó en Tamaulipas durante esos años de portesgilismo, lo que le permitió mantener un poder político que formó parte de la construcción del Tamaulipas y el México actual.

Hoy, que nos encontramos en una generación distinta a los agraristas solicitantes de tierra y oportunidades, es momento de hacer un alto en el camino, valorar la historia que nos ha traído hasta aquí y replantear el horizonte que desdibuja a una generación de ejidatarios que desconocen el origen y que ignoran este profundo orgullo agrarista que nos dio la tierra para trabajarla.

Vayamos a recuperarlo.

Hasta la próxima.

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