Ana Medina
Después de pedir a gritos en redes sociales la “cancelación” del ciclo escolar, la SET anunció las medidas que se tomarán para tal efecto. La palabra cancelación está entre comillas, porque me parece una reverenda tontería que en grupos magisteriales se pidiera esto, cuando por un lado era bien sabido que no es como que nos vayan a mandar de vacaciones así de buenas a primeras. Y segundo como si la palabra “cancelar” implicara suspender algo previsto o programado, o simplemente dejar sin efecto algo que es una obligación como las evaluaciones, graduaciones y demás detalles que se desarrollan al interior de las escuelas en estas fechas.
La octava sesión del CTE (Consejo Técnico Escolar) tuvo como tema central la evaluación, pero sobre todo el cierre anticipado del ciclo escolar. Aunque no fue tan anticipado como hubiéramos querido la verdad es que muchas escuelas ya tenían programados eventos, rendición de cuentas, entregas de evaluaciones y hasta graduaciones desde los primeros días de julio.
Honestamente ¿qué se hace en las escuelas en julio?
Yo soy de educación especial y en este mes lo dedicamos a revisar los casos del ciclo escolar, los expedientes ya están cerrados y en revisión, la información hecha, los alumnos dados de alta o canalizados al siguiente nivel o maestro para continuar de acuerdo a sus necesidades. También empezamos a planear qué haremos el siguiente ciclo con los alumnos que continúan en apoyo y en ocasiones nos ofrecen una oferta de formación o cursos que algunas veces dependen más de los intereses de las supervisiones que de las necesidades del docente especialista.
Pero la verdad que es sencillo ver en las escuelas maestros hartos, alumnos fastidiados y administrativos al punto del llanto con tanto papel.
Se supone que el fin del ciclo escolar debe ser un cierre que refleje las actividades que se desarrollaron a lo largo del año en las escuelas.
Del 26 de julio reducimos el tiempo de trabajo al 21; pareciera que son pocos días, pero en realidad las actividades con los alumnos de manera presencial terminaron el siete de julio. La semana del 10 al 14 se trabajará con el reforzamiento de alumnos en situación de rezago, que ha sido bastante por la pandemia, que ya va quedando en el pasado.
La última semana del ciclo escolar corresponde al taller intensivo de formación continua, donde los docentes trabajaran programas analíticos y contenidos para el diseño del siguiente ciclo escolar.
Como siempre, lo más importante es la planeación. Hasta el día de hoy los docentes hemos conocido, analizado y dialogado sobre los elementos principales que caracterizan la propuesta de la Nueva Escuela Mexicana y se han elaborado los diseños por fase o grado; este avance es distinto para cada escuela, cada contexto tiene ideas particulares de lo que se ha desarrollado hasta el momento y hacer ajustes que consideran convenientes.
¿Qué tan viable es que cada escuela tenga esta libertad?
Los docentes podemos con todo. La verdad es que estamos más acostumbrados a solucionar que a esperar respuestas, pero últimamente pareciera que no podemos mover un dedo sin repercusiones.
Lo único de lo que estoy segura es que al magisterio le urgen vacaciones y aunque no sabemos con exactitud aún cómo va a quedar el calendario escolar.
Hasta los 60s había dos calendarios el “A” para el centro y sur del país y el “B” para el centro y norte… me gustaría saber si hubo problema para instaurarlos así como hace un par de años que se quisieron poner de 180 y 200 días. Pero bueno, el punto fue la unificación y hasta los 90s las clases de todo el país comenzaban en septiembre y concluían el 30 de junio y los meses de julio y agosto eran vacaciones.
Sé que los maestros tenían talleres y trabajo en esos periodos, algunos incluso estudiaban licenciaturas y posgrados, pero los alumnos éramos muy felices…
¿En qué momento las autoridades empezaron a confundir cantidad de tiempo con calidad?
Y bueno si el término “calidad” es muy neoliberaral podríamos también hablar de excelencia académica, aprendizajes fundamentales, formación entre otros que tampoco se relacionan con el tiempo.
En fin, las vacaciones cada vez son menos y las problemáticas en las escuelas cada vez son más.