Rogelio Rodríguez Mendoza.-
Desde hace diez años, doña Carmelita, una anciana de 78 años de
edad, se sienta, muy temprano, en la puerta de su casa, con la vista fija
hacia la calle, con la ilusión de ver aparecer a su hijo Roberto.
Su hijo fue policía. Un día de abril del 2013, regresaba de Reynosa a
Ciudad Victoria, con un amigo. Habían ido a la frontera a comprar un
vehículo para revender. Nunca llegaron a sus casas. La última vez que
usaron su teléfono fue cerca de Jiménez.
Luego de denunciar la desaparición de Roberto, Doña Carmelita se
comenzó a sentar cada mañana en la entrada de su domicilio en el
fraccionamiento Azteca, en la capital del Estado, con el convencimiento de
que, en cualquier rato entrará y la abrazará.
Historias como la de Doña Carmelita se cuentan por miles. De
acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, en
Tamaulipas hay 12, 999 desaparecidos, lo que coloca a nuestra entidad en
el segundo lugar nacional en ese delito. El primer sitio es de Jalisco con 14
mil personas de quienes nunca se volvió a saber nada.
“Lidera Tamaulipas en desapariciones”, publicó al respecto El Diario
de Ciudad Victoria, en su edición de este miércoles 30 de agosto, con
motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada.
Firmada por el reportero, Alfredo Guevara, la nota revela un dato
escalofriante aportado por el colectivo, Amor por los Desaparecidos en
Tamaulipas: la cifra de desaparecidos podría ser tres veces mayor a los 12
mil 999 que reporta el Registro Nacional de Desaparecidos, que se alimenta
de la información aportada a su vez por la Fiscalía General de Justicia.
“La cantidad podría irse al triple porque hay familiares que no
denuncian por miedo…” afirma Gustavo Azuara, representante del colectivo.
De hecho, la organización sostiene que la cantidad de desaparecidos en la
entidad es de 15 mil 027, y no 12 mil 999 como dicen las autoridades.
Como se ve, el tema de las desapariciones es de miedo. Si, por la
cantidad de personas que se han extraviado hasta la fecha sin que nadie
vuelva a saber de ellas, pero también porque la cifra sigue aumentando
cada día.
“En Tamaulipas desaparecen al día entre tres y seis personas”
sostiene Azuara.
Llama la atención que siga habiendo tantas desapariciones, sobre
todo porque, con todo y sus frecuentes episodios de violencia, la situación
en inseguridad pública de Tamaulipas en nada se asemeja a lo que vivimos
en aquellos años de pesadilla que comprendió el periodo del 2010 al 2018,
y a pesar de eso la entidad sigue punteando la problemática.
A todo ello hay que sumarle la apatía e insensibilidad mostrada por
las autoridades, sobre todo las estatales y federales, para con las familias
de los desaparecidos, porque la búsqueda o rastreo de las víctimas es una
simulación.
Los colectivos de familiares de desaparecidos se han cansado de
denunciar esa farsa, pero los gobiernos prefieren hacer como que no ven y
no oyen.
Para justificar su tarea, las fiscalías reportan datos engañosos de
personas localizadas, porque a los únicos que logran encontrar son a
quienes han huido de sus hogares por voluntad propia, pero no a quienes
han desaparecido por la delincuencia.
Las autoridades se limitan a recibir la denuncia y la archivan. Lo
hacen porque el problema los rebasa, pero también porque no hay voluntad
para realizar una autentica búsqueda.
Gravísimo lo que sucede, porque el tamaño de la situación es
coincidente con el tamaño de la incompetencia y la insensibilidad
gubernamental.
ASI ANDAN LAS COSAS.
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