Ma. Teresa Medina Marroquín
LAS AUTORIDADES DESARROLLAN PROYECTOS QUE EVITEN DAÑOS PERMANENTES EN LOS ALUMNOS
Una excelente noticia que viene difundiéndose y tiene el reconocimiento de la ciudadanía, es el proyecto donde las autoridades participan y planifican el combate al acoso y violencia escolar en Victoria.
Un fenómeno que cada vez más presenta una serie de connotaciones que alteran las relaciones en los planteles escolares, por los riesgos que conllevan la violencia física, verbal y psicológica entre los alumnos.
Uno de los grandes compromisos es que prevalezca en la Capital de Tamaulipas un clima de tranquilidad y armonía, incluyendo esta obligación cívica, en forma fundamental, a las instituciones educativas donde este fenómeno siempre presenta a niños y adolescentes víctimas de las conductas torcidas de compañeros o de individuos ajenos a los centros escolares.
¿Qué están desarrollando al respecto las autoridades a fin de que este problema que maltrata a no pocos estudiantes y les altera la vida se erradique y se tome conciencia de los daños permanentes a los alumnos?
Primero que nada, debemos entender que este fenómeno es tan grave que circunscribe una violencia que no tiene razón de ser, y cuyos daños pueden ser permanentes en las mentes de muchos niños y jóvenes, y que sin embargo se presenta en formas tan irracionales y absurdas a través de personas muy dañadas desde sus entornos familiares y sociales.
Los riesgos también conllevan venta de drogas en el interior como en el exterior de las escuelas, la ausencia de autoridades, el deterioro en la infraestructura de los edificios y la presencia de personas o grupos que vulneren la seguridad.
SI NO SE AFRONTA EL PROBLEMA LOS ESPACIOS SERÍAN ESCAPARATES DE DEGRADACIÓN MORAL
Resulta interesante que las autoridades insistan en continuar presentando proyectos de esta magnitud, debiendo entender la ciudadanía que se trata de un problema social que en gran medida puede ir creciendo y afectando no sólo las relaciones interpersonales, sino que se llegaría al extremo de que las escuelas primarias y secundarias se convirtieran en espacios donde se inciten y fermenten todo tipo de violencias físicas y psicológicas.
Esa calidad de detectar y proponer soluciones a esta violencia escolar es una forma muy acertada de auspiciar y coadyuvar las respuestas requeridas en colaboración con los otros niveles de gobierno.
En ese sentido, debemos reconocer la trascendencia de no quitar el dedo del renglón y abordar seriamente este tipo de maltrato y violencia que se viene materializando desde hace varios años, y cuyas manifestaciones agresivas tienen que ser controladas en una primera fase para posteriormente ser arrancadas de raíz.
Recordemos que la escuela no sólo es la base social donde se aprenden las matemáticas, la geografía y el español, también son establecimientos formales hacia donde la ciudadanía aporta sus impuestos para su funcionamiento, por lo que en ese contexto tan relevante las escuelas, sobre todo las primarias y secundarias son, por naturaleza, y esencialmente, el mejor ejemplo y escaparate de lo que debe ser y de lo que espera la sociedad como uno de los más importantes referentes y contextos del buen trato, del respeto y origen de las buenas relaciones sociales.
LAS CONSECUENCIAS ALTERARÍAN LOS PRINCIPIOS DE UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA
No obstante, las aberrantes conductas en que ha caído lastimosamente un considerable porcentaje de la población, afectando a los menores, se traduce en formas de violencia inaceptables, pues no sólo destruyen el respeto y la armonía entre los alumnos de las escuelas, sino que en unos años alterarán los principios de una sociedad democrática.
Es decir, los muchachos crecerán pronto, y si no son educados y disciplinados en ese contexto cultural entonces se convertirán en los enemigos de esa sociedad democrática que tanto le ha costado al pueblo de México.
Hasta esos extremos se puede llegar, por lo que este tipo de proyectos siempre serán bienvenidos por sus cualidades visionarias, comprometidas y generadoras de que los derechos y oportunidades de asistir a la escuela y aprender en orden y en paz, son propósitos de primer orden social.
¡Feliz fin de semana!
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