Ma. Teresa Medina Marroquín
¿LA DESGRACIA DEL “¡SÁLVESE QUIEN PUEDA!” FUE EXTINGUIDA?
Esta columna se escribió ayer domingo a una hora temprana y fue enviada a la redacción mucho antes del cierre de casillas previsto por las autoridades electorales a las 6:00 de la tarde.
Por tal motivo, claro está, no está en condiciones de informar quién ganó la Presidencia de la República, al igual la mayoría en el Congreso de la Unión, la generalidad de los congresos locales, las presidencias municipales y las nueve gubernaturas.
Pero, sinceramente ¿eso es lo importante, a pesar de la dimensión histórica de las elecciones de este 2 de junio?
Es innegable la importancia significativa que en su momento tuvo esta elección.
No obstante, lo que buscan cien millones de mexicanos registrados en el padrón electoral es saber realmente cómo amaneció la Nación hoy lunes tres de junio de 2024.
¿AVANCE DEMOCRÁTICO, IMPUGNACIÓN O GOLPE DE ESTADO TÉCNICO?
¿Amaneció en medio de un gran avance democrático que le permitirá al Estado mexicano y a la sociedad en su conjunto incorporar –con urgencia– cambios trascendentales y de gran impacto social?
¿O la mala noticia es que bajo este pulso no amaneció nada bien México?
¿Amaneció confrontado por un desfile de protestas e impugnaciones judiciales para invalidar la elección presidencial y muchos otros procesos celebrados a todo lo largo y ancho del territorio nacional?
¿Amaneció con un golpe de Estado técnico largamente advertido por el presidente Andrés Manuel López Obrador, tramado desde la cúpula de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?
¿Amaneció envuelto en medio de una violencia incontenible en diversas regiones del país?
¿Amanecieron cercados el INE, el Ietam y no pocos institutos electorales estatales?
¿Amaneció oscurecido el país entero frente a fraudes electorales, compra de votos y elecciones manipuladas por algunas autoridades federales y locales?
¿Amaneció México con la noticia de que la delincuencia organizada intervino abiertamente en diversas victorias electorales?
¿O acaso amaneció la Nación en un ambiente de paz y armonía, con la sorpresa de que las “catástrofes” políticas anunciadas sólo habían sido cuentos muy bien elaborados para que los medios vendieran noticias?
¿CÓMO SE ASUMIÓ LA DERROTA? ¿PERDIERON, PERO TAMBIÉN GANARON?
Otra de las grandes interrogantes, sin las “catástrofes” sociales no sólo lanzadas por los agoreros del desastre sino por millones de mexicanos que presintieron ocurriría lo peor, es saber cómo se asumió la derrota.
Dentro de esta inmensa y costosa tómbola democrática ¿cómo asumió la derrota (Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, pues Máynez de cajón ya estaba condenado a perder) una de las dos principales candidatas?
Si a la amenaza del desastre social se le cerraron las puertas de un país que apostó por la civilidad, impidiendo que las mentes de los poderosos se obnubilaran y decidieran ir a un conflicto postelectoral donde las consignas serían ¡sálvese quien pueda!, entonces la Nación amaneció bien y de buenas.
Sólo faltaría que esta elección histórica pueda (a ver si es cierto) deshacerse de las más espeluznantes corrupciones políticas y degradaciones morales que de plano tienen una presencia, realmente apocalíptica.
¡Excelente inicio de semana!
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