Claudia Vázquez
Las cargas tributarias cada vez son más pesadas para el ciudadano común, porque van más allá del pago de impuestos tradicionales por la prestación de un servicio, y los que registran incremento de manera recurrente son aquellos que se pagan precisamente por la tenencia de una propiedad, llámese vivienda o automóvil.
El viacrucis por estos impuestos se vive generalmente al inicio de cada año, y para prueba ahí está el caso de la renovación de las placas vehiculares, amén del pago de derechos por el mismo concepto, sin dejar de lado también el pago del impuesto predial.
En Tamaulipas la situación no es distinta, y las inconformidades por el pago de los mismos, pues tampoco, porque, aunque el tamaulipeco ya está acostumbrado a esta carga, “reniega” porque sus pagos no se ven reflejados en los servicios que recibe.
El mejor de los ejemplos en este momento, o por lo menos el más cercano, es la Capital del Estado, en donde los victorenses están renuentes a pagar el impuesto predial por las condiciones en que se encuentra la Ciudad, que está llena de baches, basura en las calles, con fugas de agua y drenaje casi por todos los sectores de la Ciudad, con falta de alumbrado público y hasta con plazas o parques enmontados.
Y eso lleva a recordar los tiempos de administración del doctor Xicoténcatl González, época en que el victorense se rehusó a pagar el impuesto predial precisamente por las condiciones en que se encontraba, y desafortunadamente sigue la Capital tamaulipeca.
Una ciudad que pareciera estancada, no merece estar en las condiciones en que se encuentra, por ello esperemos que el Gobierno del estado le siga invirtiendo recursos en tanto llega un alcalde que esté dispuesto, no a cumplir compromisos, sino hacer solamente lo que la ley obliga.
Las cargas tributarias si bien es cierto nunca son bienvenidas, tampoco se aceptan y se cumplen, en el entendido que son para beneficio de todos.
Pero si la autoridad en turno quiere mantener los ingresos que por tributo programa, tendrá que recordar la frase aquella que dice… como das, doy.
