El proceso de comparecencias de funcionarios estatales ante el Congreso local para la glosa del informe de gobierno se distinguió más, no por lo que informaron ni por sus discursos ni por su retórica.
No…
Sobresalió más por el número de personas que llevaron para aplaudirles cual viles paleros.
Porque esa es la verdad: Van de paleros a aplaudir.
Y quizás, si hubiese una competencia, el aplausómetro se lo llevaría el que lleva porra y a quienes les exigen aplaudir hasta cuando se sonaba la nariz su jefe.
Salvo los que fueron a comisiones (porque ahí no hay graderío), los que fueron al pleno creyeron que estaban en un mitin o en un estadio de futbol, en donde le mientan la madre al árbitro y le echan porras a su equipo.
El que quizás ganó en ese aspecto fue el secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas.
Se llevó a todos… y cuando digo todos, es todos. No cupieron en la zona de galerías y había un tumulto en los pasillos del Congreso.
En cada punto y aparte se llevaba la ovación del respetable, como si eso lo hiciera un mejor funcionario o su dependencia sea la que más trabaje.
Qué importan los trámites que quedaron pendientes en sus oficinas. La idea era ir a aplaudirle al jefe.
Los titulares de Educación y Salud no se quedaron atrás.
Coparon las gradas del recinto bajo la consigna de abuchear al diputado “incómodo” y ovacionar al secretario en cada pausa de sus intervenciones.
No les cabe en la cabeza que van a una comparecencia, que van a informar… no van a una arena a cantar, boxear o jugar fut.
Tampoco es un acto de campaña o mitin en una plaza pública.
Más seriedad, señoras y señores funcionarios. Insisto, no gana el que más aplausos de los suyos haya generado. No se trataba de eso, sino de informar y de detallar. Urge cambiar ya ese formato.
Estuvieron ante una soberanía.
Más respeto al recinto parlamentario.
EN CINCO PALABRAS.- Al “pueblo” ni lo invitan.
PUNTO FINAL.- “Creen que si se ahorcan, quien se ahoga es la cuerda”: Cirilo Stofenmacher.
X:@Mauri_Zapata