Dígase lo que se diga, el triunfo de DONALD TRUMP ya está causando harta preocupación tanto en México, como en los millones de paisanos que residen en los Estados Unidos y que tienen el estatus de ilegales.
Ya es del dominio público el odio de TRUMP, que nunca ha ocultado, hacia los ilegales no solamente de México, también de Latinoamérica y otros países.
De hecho, una de las principales promesas que hizo TRUMP durante su campaña, es que hará deportaciones masivas una vez que llegue a la Casa Blanca.
Por eso, hay quienes dicen que se prendieron ya los focos rojos, las alarmas y las sirenas en el equipo cercano de la presidenta CLAUDIA SHEINBAUM. Hay que estar preparados para lo que viene.
Recordemos que en épocas pasadas uno de los grandes alegatos para detener las deportaciones masivas era la forma en que se hacían, pues las autoridades estadounidenses dejaban a la deriva a los deportados en diferentes puntos de la frontera mexicana.
Incluyendo la de Tamaulipas…
Eso creó una tremenda problemática social, pues se trataba de personas que no tenían recursos para regresar a sus países de origen y decidían quedarse donde eran deportados.
A lo largo de la frontera mexicana, miles de deportados se vieron obligados a hacer una nueva vida e incluso decidieron formar familias, lo que implicaba más demandas de servicios de salud, educación, vivienda y párele usted de contar.
Cabe destacar que, en nuestra frontera tamaulipeca, las alcaldesas y los alcaldes se pusieron las pilas para afrontar esa problemática con sensibilidad y respeto hacia esos inmigrantes.
Hace veinte años, en el 2004, se estrenó la película Un Día Sin Mexicanos en donde se planteaba la hipótesis de qué pasaría en el país más poderoso del mundo si se quedara sin las mujeres y hombres que trabajan sus campos.
En los campos gringos son los trabajadores mexicanos, y de otros países, quienes realmente trabajan la tierra y son pocos los estadounidenses que le entran a esos duros trabajos bajo el inclemente sol o frío congelante.
La cruda realidad es que DONALD TRUMP volverá a ser el presidente de los Estados Unidos.
Sorprendió a todos, la forma tan abrumadora en que ganó. Pero algo tiene que convenció a millones de estadounidenses a que votaran otra vez por él.
La segunda era TRUMP está por iniciar.
Y como dicen en el rancho: Que Dios nos agarre confesados…
Es todo por hoy. Muchas gracias por leer.
