Alfredo Guevara
El proceso de designación de candidatos, sobre todo para alcaldes y diputados locales, no dejará a todos contentos. Es normal, sobre todo en los partidos políticos en el poder; caso concreto: Morena
Quizá por ello la nominación de CARLOS VÍCTOR PEÑA ORTIZ, como candidato de Morena para la presidencia municipal de Reynosa, genera un ruido que no va a pasar de eso.
Su nombramiento está decidido y se quiera o no, la decisión está tomada.
Que triunfe en las próximas elecciones del dos de junio, es otra cosa.
Si realmente la gente de Reynosa no quiere que CARLOS vuelva a gobernar esa población fronteriza, se verá reflejado en la votación.
Ahora bien, las intenciones apresuradas de legisladores como HUMBERTO PRIETO, MARCO ANTONIO GALLEGOS y MAGALY DEANDAR no van a modificar el anuncio hecho por el delegado del CEN de Morena en Tamaulipas MARIO LLERGO.
De hecho, cada uno de ellos sabía que no alcanzaría la nominación y aun así decidieron participar.
Y no es que CARLOS VÍCTOR PEÑA ORTIZ sea santo de nuestra devoción, pero como alcalde de Reynosa, casi todos los días hace una especie de campaña por diferentes colonias de esa población fronteriza, a diferencia de los diputados que pasaron más tiempo en Ciudad Victoria por actividades en el Congreso, que en esa población.
Aparte de ello, ¿Qué trabajo legislativo les da derecho para ser tomados en cuenta como candidatos por Morena a la alcaldía de Reynosa?
Por consecuencia, el que trabaja como alcalde tiene más derecho a ir por una posible reelección en el cargo, para de esa forma dar continuidad al trabajo desarrollado en el primer periodo.
Además de ello, ¿Por qué MAGALY, HUMBERTO y MARCO GALLEGOS no buscaron reelegirse como diputados? Diremos que la semana que inicia es crucial para la toma de decisiones en Morena.
El delegado del CEN del Morena en Tamaulipas MARIO LLERGO tendrá que dar a conocer el candidato que va para la presidencia municipal de Ciudad Victoria, que al igual, guste o no, tendrá que acatar la decisión.
Es ir por una continuidad en el proyecto de gobierno o aventurarse a una competencia con un candidato alterno.
Recordar que no se trata de cualquier población, sino más bien, de la Capital del Estado, donde se asienta el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En fin.