El abuso de poder o la posición para el beneficio personal aún sigue prevaleciendo y haciendo daño, es un mal que avanza día con día y se ve difícil su erradicación del planeta. Los tipos de corrupción varían en daño y acción, su modalidad o actos son el soborno, el desfalco o malversación, extorsión, nepotismo, fraude electoral, colusión, tráfico de influencias, lavado de dinero, entre otros.
Recientemente el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional (que clasifica a 180 países y territorios, entre los que se encuentra México) dio a conocer su informe de resultados del año 2024, que arroja los niveles de corrupción percibidos en el sector público. Los resultados obtenidos a través de encuestas de opinión, se expresan en una escala de 0 (altamente corrupto) a 100 (muy limpio).
Tristemente, el informe destaca que México retrocedió cinco puntos, al ubicarse en el lugar 140 de 180 países en el 2024.
Por otra parte, los países que registraron las mejores evaluaciones del informe fueron Dinamarca con una escala de 90, Finlandia con 88 y Singapur 84.
Los peores evaluados fueron Somalia, Venezuela y Sudán del Sur.
La corrupción es uno de los mayores desafíos que enfrenta la humanidad, afecta a la credibilidad institucional, el desarrollo del país que la sufre, degrada los valores y bienes comunes y ocasiona altos costos sociales y económicos.
Además de que genera pobreza y desigualdad. Lo que afecta a los sectores productivos, atenta contra los derechos humanos y la calidad de vida de la sociedad.
Lo anterior es resultado de ir en contra de los estándares normativos a través de malas prácticas, opacidad, discrecionalidad e impunidad.
También se considera que la corrupción es un modo particular de ejercer influencia ilícita, ilegal e ilegítima.
La corrupción puede prevenirse a través de políticas públicas, la participación ciudadana, la denuncia, la investigación y las sanciones, así mismo, la transparencia y la rendición de cuentas son importantes para que haya un buen desempeño entre el gobierno y la sociedad, sin embargo, la transparencia institucional enfrenta aún serias dificultades, toda vez muchos países registran deficiencias en sus mecanismos de rendición de cuentas.
No se vislumbra una mejora en corto plazo, toda vez que, de acuerdo al informe del Índice de Percepción de la Corrupción, aproximadamente seis mil 800 millones de personas viven en países con una puntuación del IPC inferior a 50, lo que representa el 85 por ciento de la población mundial, sin que en los últimos doce años (2012-2024) se haya notado mejora en los índices, al contrario, 47 países han empeorado y sólo 32 países ha mejorado su desempeño en erradicar la corrupción.
De acuerdo al Inegi en 2021, 57.1 por ciento de la población mexicana consideró que la corrupción era uno de los problemas más importantes en su entidad federativa, este índice se ubicó solo por debajo de la inseguridad y la delincuencia, en el que el costo promedio de la corrupción fue de tres mil 044 pesos por persona en términos reales.
En el caso de las empresas, fue de siete mil 419 pesos en 2020. En 2025 sigue presentándose retroceso, falta de acciones y compromisos de las autoridades para erradicar este mal, el que afecta la economía y la democracia de los países que lo viven, en México ya no se contará con el INAI (Instituto Nacional de Acceso a la Información), el que surgió en 2014 como una vía de acción y trabajo democrático y transparente de las funciones públicas de los diversos órganos de gobierno, desde entonces este organismo público autónomo fue una instancia importante para el país.
La Plataforma Nacional de Transparencia cuenta con más de 15 mil millones de datos relevantes del gobierno que integra diversas fuentes de información vitales en la vida y desarrollo del país, comprende temas de salud, seguridad, política-electoral, gastos, licitaciones, contratos, presupuestos, expedientes médicos, compras con cargo al erario público, sueldos y salarios e ingresos de servidores públicos, entre otros rubros.
Ahora, con la desaparición del INAI, no sabremos ¿cuál será el destino de la plataforma? y ¿cuál será el fin del derecho de acceso a la información?…
No olvidemos que a través del ejercicio del derecho de acceso a la información, se descubrió una red de corrupción al nivel más alto del Gobierno federal, dejando evidenciada la obtención de la famosa “CASA BLANCA”, propiedad de la esposa del entonces presidente de la República, Enrique Peña Nieto; lo importante, y que es preciso mencionar, es que toda la información que permitió ventilar los actos de corrupción y los beneficios a los que se hicieron acreedores quienes participaron en los mismos se obtuvo por medio de la Plataforma Nacional de Transparencia a través de solicitudes de información.
El INAI contribuyó en encontrar irregularidades y hallar actos de corrupción como lo que se registró en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), con el desvío de millones de pesos.
Por su parte, la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción poco avance registra para presionar a los países del planeta a contrarrestar la corrupción. Y las estrategias, acciones y programas para prevenir la corrupción de los países integrantes de esa convención no representan avances relevantes o significativos en el desempeño del servicio público y las políticas anticorrupción que realizan mantienen resultados lentos y en algunos casos nulos y en retroceso.
La corrupción y la impunidad son factores negativos que se oponen a la democracia, debilita el Estado de Derecho y genera un ambiente de insatisfacción y desconfianza ciudadana de las instituciones.
Así las cosas…
Y Usted, ¿qué opina?
Nos vemos a la próxima.