Por José Inés Figueroa Vitela.-
Fiel al modus operandi de “la banda de las cabezas locas” -uno de los
tantos motes con los que se conoce al grupo delincuencial que asaltó el
gobierno estatal durante el pasado sexenio-, el Auditor Superior del Estado
anda buscando a toda costa recovecos leguleyos, para sacarle la vuelta a
afrontar las consecuencias de sus -malos- actos institucionales.
Los jueces federales de Reynosa -amparadores de cabecera del
cabecismo para brindarles impunidad en todos sus latrocinios-, ya no
quisieron o ya no pudieron extender su manto sobre el Auditor y el de
Victoria, de plano no cedió a la eventual tentación de caer en complicidades.
El hecho es que ninguno de los últimos recursos interpuestos por
JORGE ESPINO ASCANIO, pretendiendo desconocer la soberanía del
pueblo y la potestad fiscalizadora de su representación, los diputados, ha
procedido.
Sigue sujeto a la revisión de sus actos, primero y enseguida, de
quienes debió sancionar en el manejo de los recursos públicos en los años
anteriores, pero no lo hizo.
Como no le dieron la “protección” que pretendía, contra el
requerimiento para informar de las últimas cuentas públicas aprobadas al
pasado sexenio, ni contra las sanciones interpuestas por su abierto
desacato, recién metió otro recurso, por los mismos hechos, “a ver si es
chicle y pega”.
Eso fue la semana pasada.
Allá de la tercera semana de julio, está fechada la cita para la primera
audiencia incidental, es decir, para que el Juez de la causa determine si hay
elementos para considerar sus argumentos.
Si el Auditor tiene razón en que no debe rendir cuentas a nadie y
puede andar por el mundo, paseando la impunidad de su ejercicio y de los
exfuncionarios de quienes escondió los manifiestos saqueos y desviaciones.
Las excusas con las que ha pretendido que, en el último de los casos,
pueden ser reales -como todo Tamaulipas sabe lo son-, las irregularidades
cometidas en los entes que técnicamente le tocó fiscalizar durante los
pasados seis años, pero el no tenía por qué detectarlas, parece otra
confesión de parte y de suyo, es un acicate para que las autoridades
jurisdiccionales actúen en consecuencia.
Los diputados de la Comisión de Vigilancia ya están haciendo lo suyo.
Son las autoridades federales quienes pueden romper el círculo de
impunidad, que el exgobernador de triste memoria, dejó sembrado en los
órganos jurisdiccionales del Estado.
Pueden y deben, primero, tumbar los amparos que de manera
licenciosa se repartieron a granel entre aquel, su parentela y cómplices.
En seguida, sancionar a los dos jueces federales de Reynosa, que
evidentemente han torcido el espíritu justiciero del marco jurídico, para
actuar deliberadamente a favor de los delincuentes que saquearon y
agredieron al pueblo y las instituciones tamaulipecas.
Lo único que resta, en aquel destino, es que la representación
popular, envestida del interés ciudadano, de manera dominante alce la voz
y levante la mano, para hacer que los traidores de la confianza social y
obstaculizadores de la justicia, paguen por sus fechorías.
El caso de ESPINO, como el del Fiscal Anticorrupción RAÚL
RAMÍREZ CASTAÑEDA y el anterior titular de la Unidad de Inteligencia
Financiera, son el principio del desmoronamiento de aquella maraña de
complicidades.
Todos cometieron delitos y lo hicieron en detrimento de la calidad de
vida de los tamaulipecos, al negarle sus derechos, desviando los recursos,
que estaban destinados a la atención de sus necesidades colectivas.
Ahora que paguen… y se acaben de ir de una vez.
Tamaulipas ya anda el camino de la recuperación del estancamiento y
regresión, representada por el desaseado ejercicio público que antecedió al
actual gobierno.
El paso, la última semana, de una misión de diplomáticos europeos,
por municipios emblemáticos del centro y sur del Estado, constatando el
amplio abanico de posibilidades que ofrece un estado completo, como
Tamaulipas, dejó constancia de ello.
La “amenaza”, de que pronto regresarán, no solo a disfrutar de las
maravillas que ofrece el Estado, sino a avanzar en la concreción de
proyectos de inversión y desarrollo, vuelve a confirmar lo que el gobernador
AMÉICO VILLARREAL ANAYA, su anfitrión, ha dicho, en el sentido de que
vamos en el camino correcto.
"Lo tienen todo, no solamente esos atractivos turísticos maravillosos,
sino también un tejido empresarial muy dinámico, talento humano, un puerto
en plena expansión, tienen agua, tienen energía, incluso gas natural licuado
que ahora van a exportar hacia Europa. Y tienen esa paz, esa tranquilidad,
efectivamente que caracteriza la zona sur", dijo GAUTIER MIGNIOT.
El embajador de la Unión Europea y sus pares de 15 países
miembros, se fueron con la intención de informar a sus paisanos,
autoridades y empresarios, de lo que acá hay y lo mucho que pueden hacer
en objetivos comunes.
Siempre, privilegiando el bienestar de los ciudadanos.