Rogelio Rodríguez Mendoza
La semana pasada, el presidente de la Junta de Gobierno, Humberto Prieto Herrera, anunció el recibimiento de decenas de informes de resultados de cuentas públicas, remitidos por la Auditoría Superior del Estado (ASE).
Los documentos contienen las conclusiones a las que llegó el órgano fiscalizador, luego de revisar, vía auditorias, el manejo del presupuesto por parte de los entes públicos, entre ellos la cuenta pública del Gobierno del Estado, de los tres Poderes Públicos, de los municipios, de los organismos públicos descentralizados y de los organismos autónomos.
De dichos informes se concluye si hubo no corrupción en el manejo de los dineros públicos.
No debería haber nada de novedoso en el asunto porque finalmente es un proceso de fiscalización normal, rutinario. Cada año, la ASE hace sus auditorías, le informa al Congreso el resultado de las mismas, y son los diputados quienes deciden cuáles cuentas públicas aprueba o rechaza, dependiendo de lo que haya resuelto el órgano fiscalizador.
Sin embargo, a diferencia de otros años, esta vez si hay un aspecto que genera expectativa: ¿Habrá logrado el nuevo titular de la ASE, Francisco Noriega Orosco, lo que sus antecesores nunca hicieron?
En palabras claras: ¿habrá conseguido documentar casos de corrupción que permitan a las instancias de procuración de justicia procesar a los responsables?
¿O nos va a salir con la misma historia de sus predecesores, que fueron incapaces de encontrar evidencias de corrupción en el ejercicio de un presupuesto de más de 70 mil millones de pesos?
La interrogante se justifica porque cuando se le nombró para el cargo, se promovió a Noriega como un hombre implacable, y con sobrada experiencia, para ponerle un alto a quienes llegan al servicio público con la firme idea de asegurar su futuro económico y el de los suyos al amparo de las traperías con el presupuesto.
“De aquí en adelante las cosas van a cambiar. No habrá tolerancia para nadie”, se dijo con insistencia desde la tribuna legislativa, en octubre del 2024, cuando se candidateaba a Noriega.
En eso radica lo novedoso de los informes de resultados que acaban de recibir los diputados. Esperemos que el Auditor no vaya a hacer quedar mal a quienes apostaron por su designación.
Sobre todo, ojalá que en aquellas cuentas públicas que lleven dictamen reprobatorio se acompañen los elementos suficientes para permitir que la fiscalía anticorrupción judicialice los asuntos y procese a los involucrados.
Porque ese es el otro tema: que en el pasado se han turnado decenas de cuentas públicas ante las instancias de justicia, pero sobran los dedos de una mano para contar los casos de quienes terminaron procesados.
EL RESTO
MORENA HARÁ GANAR A QUIEN QUIERA.- Aunque la elección judicial a celebrarse el primer domingo de junio excluye por completo a los partidos políticos, será imposible para el árbitro electoral evitar la injerencia de los mismos.
Desde lo oscurito, o abiertamente, los partidos echarán a andar sus estructuras para allegarles votos a los candidatos de su conveniencia.
Bajo ese escenario, Morena tiene todo para hacer ganar a sus “gallos”, tanto en lo estatal como en lo federal.
Ni el PAN, PRI o cualquier otro partido tiene la capacidad económica para darle pelea al morenismo.
Lo único que nos queda a los ciudadanos es que, quienes vayan a ser promovidos sean auténticos profesionales del Derecho, con capacidad y trayectoria.
EVA REYES SE «ACELERA».- La diputada de Morena, Eva Reyes, está pisando el acelerador a fondo en la disputa por la candidatura a la alcaldía de Reynosa y le tomó la delantera a sus compañeros de bancada que también aspiran a gobernar ese municipio fronterizo.
Aprovechando las gélidas temperaturas que se han resentido en los últimos días, la legisladora local está regalando cobijas, con valor de 100 pesos, a personas de escasos recursos, en un evidente intento por conquistar simpatías ciudadanas desde ahora.
¿Le alcanzará?
ASÍ ANDAN LAS COSAS.
