Mauricio Zapata
El miércoles amaneció México con dos noticias importantes: Una sobre el futuro del país, y la otra para el presente… el presente y nada más.
En la víspera “miles de jóvenes” habían marchado por muchas ciudades del país en “pro de la reforma al Poder Judicial”. También lo habían hecho días antes otros jóvenes, éstos en contra de la mentada reforma.
Fue un día largo. Un larguísimo martes.
Finalmente, mientras la mayoría dormíamos se dieron los dos hechos
Muchos, al despertarse esperaban solo la confirmación de la primera noticia. Ver solo la hora en que había acabado la sesión de los diputados
Pero, oh sorpresa, durante esa misma noche, echaron de “La Casa de los Famosos” a un tal Adrián Marcelo, el personaje más polémico de ese reality show.
Y entonces reventaron las redes sociales.
Según las mediciones, el 60 por ciento de los usuarios en México, estaban comentando o viendo la noticia que sacudió al país.
Cinco de las ocho principales tendencias, eran sobre el suceso de la madrugada del miércoles.
En los principales programas de televisión y radio era el tema.
Y la conversación de esos jóvenes, tanto de un bando como del otro, no hablaban de otra cosa más que del tema del miércoles.
Los chavos que un día antes gritaban “sí a la reforma”.
Los chamacos que días antes gritaban “no a la reforma”…
Pues ellos… sí, ellos ni se enteraron de la aprobación de ella. Ni se enteraron que se tuvo que realizar la sesión en una sede alterna.
No, la conversación de la mayoría de los mexicanos, tanto en redes, como en cafés, como en charlas, el tema fue: Adrián Marcelo.
Sí, el pueblo bueno y sabio que, por decreto nuestro Señor Presidente lo colocó como potencia cultural del mundo, no se enteró de la aprobación de la reforma y las connotaciones que va a tener. La mayoría del país estábamos más sacados de onda por la salida de Adrián Marcelo.
Hice una pequeña encuesta entre sobrinos, amigos y exalumnos sobre quién era Adrián Marcelo, y el 99 por ciento dijo saber quién era; pero de Ricardo Monreal, solo el dos por ciento supo contestar.
Y bueno, seremos los mismos que elegiremos a los jueces.
EN CINCO PALABRAS.- Recordé que vivimos en México.
PUNTO FINAL.- “Hay gente tan egoísta que no se echa la mano ni a sí mismo”: Cirilo Stofenmacher
X: @Mauri_Zapata