mayo 20, 2025
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Libertad García Cabriales

De calores, conductas y crímenes

mayo 19, 2025 | 23 vistas

Amigo Mercurio, pienso que es mejor que nos moderemos porque el calor está muy fuerte y los Capuletos andan exaltados; ya sabes que en verano hierve la gente: William Shakespeare

Hace unos días, mientras comentaba con unas amigas de las altísimas temperaturas que estamos padeciendo, señalaron como han notado en la cara de la gente un cambio en las horas de mayor calor. Expresiones de fastidio, angustia y enojo van dibujando los rostros de las personas en la calle ante el terrible agobio de un clima muy difícil de sobrellevar. Y aunque podamos repetir para consolarnos aquello de es mejor sentir calor que no sentir nada pues entonces estaríamos muertos; la verdad vivir en estos climas es cosa de gente valiente.

Porque hacer nuestra vida cotidiana, como hace la gente en todo el mundo, a nosotros nos cuesta un esfuerzo extra, incluso los procesos del pensamiento se dificultan cuando el cuerpo padece los estragos del calor. Y no lo digo yo, algunos científicos dedicados al tema, han comprobado como las altas temperaturas influyen en el ánimo de las personas provocando cambios constantes de humor, incluso depresiones y problemas serios en el aprendizaje de los estudiantes, no se diga en la salud que pueden ir desde una infección estomacal o respiratoria hasta graves enfermedades. Así pues, está visto como los calorones afectan nuestras actividades diarias y lo que es peor, inducen a conductas violentas.

Y eso también está investigado. Al respecto leí en un reporte, según estudios realizados por científicos en diferentes épocas, se calcula que al menos el 70 por ciento de la población es “meteorosensible”, es decir, personas propensas a ser afectadas en sus mecanismos biológicos por el medio ambiente. Y esta afectación puede derivar por desgracia en extrema violencia provocando un considerable aumento en los índices delictivos de las regiones donde el calor es la constante. Y si lo duda usted, basta con asomarse a la nota policiaca de los medios regionales en esta canícula: puñaladas, rencillas, balaceras, golpes, asesinatos, violaciones y mucho más.

Incluso ahora se afirma que, por cada grado aumentado en la temperatura, más crimen. Y aunque algunos se resistan a creerlo, los hechos demuestran como esto del calor cambia los humores de las mayorías. Ya lo decía Hipócrates en la antigua Grecia: el aumento en la temperatura provoca graves alteraciones en el organismo. Alteraciones gestando violencia individual y colectiva. La historia misma nos muestra como la Revolución Francesa, la Guerra Civil Española o la Primera Guerra Mundial tienen en común haber estallado en verano. Con base en ello, investigadores estudiaron en 27 casos la relación entre la temperatura y los conflictos y llegaron a la conclusión de que la subida en las temperaturas, aumenta los conflictos.

Así pues, no se extrañe usted si su pareja, su hijo, su jefe o su amigo cambian de humor drásticamente en medio de esta brutal ola de calor. Peor todavía cuando en nuestra ciudad batallamos con el suministro de agua, producto de factores diversos que conllevan responsabilidades de los gobiernos, pero también de los ciudadanos. Un asunto que implica un servicio de naturaleza vital para los habitantes en casi todo el mundo y requiere una toma de conciencia global acerca de la fundamental importancia del agua para la salud pública, incluso para la sobrevivencia de los seres vivos.

Y no se trata de ser catastrofista. Pero este intenso calor tiene consecuencias. Los incendios en nuestras sierras cercanas ya anuncian pérdida de especies. No es para menos. Y hay más. Un estudio en la Universidad de Berkeley señala que el calentamiento global ya no se trata sólo de aire irrespirable, subida del nivel del mar y desaparición de especies. Dentro de muy pocos años las guerras, los asaltos, las revueltas y los crímenes se multiplicarán a consecuencia del cambio climático. Basados en profundos análisis históricos (desde hace diez mil años a nuestros días) y de la conducta, encontraron que cuando se dan cambios importantes en la temperatura se produce un “incremento sistemático del riesgo de muchos tipos de conflictos”.

En ese sentido, los científicos consideran que el calentamiento es uno entre los factores importantes que aumentan la violencia en el mundo. Ellos deducen: si en dos décadas aumenta la temperatura dos tres y hasta cuatro veces la desviación estándar, los conflictos aumentarán en un ocho, un 28 y hasta un 42 por ciento. Porque esto se complica en las zonas más pobres y marginadas. Y aunque se siguen investigando los mecanismos que lo provocan, ya se sabe, cuando hace mucho calor hay cambios en la neurofisiología de las personas que predispone a la violencia lo que explica que en los meses más calurosos se den los crímenes más violentos. Pero también está la economía relacionada con la sequía y los cultivos, la desesperación que provoca violencia ante el desempleo y la pobreza.  Temas incluso causa de inestabilidad política según los estudiosos.

Tras vuestros daños vendrá el llanto, dice Dante. Y los hechos violentos registrados cotidianamente parecen anticipar mayores infiernos. Hacer conciencia es el desafío. Cada árbol, cada semilla, cada gota de lluvia, cada animal, cada persona conlleva el mensaje de la vida. Si dañamos el medio ambiente, estamos restando paz, salud y vida para nosotros y nuestros niños. Es tiempo del florecer de conciencias. Nos va el futuro en ello.

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