Recientemente visité San Luis Potosí y quedé boquiabierto ante su transformación. La ciudad vibra con un crecimiento imparable: negocios floreciendo en cada esquina, plantas industriales multiplicándose y, sobre todo, una infraestructura carretera que impresiona por su modernidad. Confieso que me carcomió la envidia al comparar. Mientras allá pavimentan a diestra y siniestra, en mi ciudad apenas tapamos baches o pintamos banquetas, estancados desde hace dos décadas. Y no es que San Luis tenga autoridades de otro mundo –de hecho, al Gobernador lo apodan “cazafantasmas” por ciertos rumores de espíritus traviesos en Palacio de Gobierno–, pero algo están haciendo bien para avanzar de esa manera.
De corridos tumbados a tumbos en Texcoco
Manolo Campos
Gran alboroto se ha generado a raíz de los conciertos que hacen apología a la violencia y ensalzan la vida de criminal y los suben a un pedestal, al grado de considerarlos los Robín Hood modernos, pues en el concierto de un artista de nombre Luis R. Conriquez fuera agredido en el palenque de Texcoco al negarse a cantar música de este tipo.
La turba enfurecida al negarse el artista al encontrarse violentando las restricciones que le señalaron probablemente las autoridades locales, por lo que, al público no tan amable, empezó a comportarse como homínidos y agredieron a quien se encontrara en el centro del palenque, lanzando su bebida alcohólica de preferencia, demostrando que al parecer la mayoría que escucha este tipo de melodías son por lo general intolerantes.
Si bien es cierto que este es un país libre, celebro que las autoridades limiten que este tipo de música incluido el reggaetón se toque en espacios públicos o familiares, horas extras hemos estado los padres de familia educando a nuestros hijos de los peligros que acarrean estos gustos musicales, para que venga uno de estos cantantes sin voz y más bien parecen borregos berreando a escupir estas letras que don Armando Manzanero se volvería a morir al escuchar estas composiciones.
Pronta salió la presidenta Sheinbaum a manifestar que su gobierno no prohíbe la exposición de estos contenidos, pero enfatizó que se le dé difusión a aquellos ritmos menos bélicos…
No es secreto que la música influye en cómo pensamos y actuamos. Canciones como Amor Tumbado de Natanael Cano o ALV de Grupo Frontera, con millones de reproducciones, resuenan entre la juventud por su ritmo pegajoso y letras que retratan amores turbulentos o estilos de vida al margen de la ley. Pero, como el lector podrá ver, estas “cancioncitas” preocupan a padres que ven en ellas mensajes que normalizan la violencia o el consumo de drogas. En Chihuahua, por ejemplo, Natanael Cano fue multado con más de un millón de pesos por cantar temas como PCR, considerados apologéticos.
Sin embargo, culpar solo a la música sería simplista. Los corridos tumbados no crean la violencia; la reflejan. México enfrenta más de 30 mil asesinatos al año y 125 mil personas desaparecidas, cifras que alimentan narrativas de dolor y rebeldía. Prohibir géneros, como intentó Tijuana en 2023, no ha reducido la delincuencia, y la Suprema Corte ha advertido que tales medidas pueden violar la libertad de expresión. La solución, entonces, no está en la censura, sino en ofrecer alternativas que inspiren sin reprimir.
Soy de la firme idea que, si un pueblo quiere cambiar, tenemos que empezar por lo mínimo, desde ayudar al vecino cuando nos pida que le echemos la mano cambiando una llanta o a empujar su carcacha.
Solo así avanzaremos como sociedad, con pequeños cambios y entre estos se encuentra no darle a la chaviza la oportunidad de escuchar estas cancioncitas que ningún buen mensaje dejan, qué tiempos aquellos cuando mis papás me prohibían escuchar a Molotov, ahora canciones como *uto y frijolero suenan como la séptima sinfonía de Beethoven en comparación a esta nueva corriente musical.
DÁMASO Y LA MODERNIZACIÓN HISTÓRICA DE LA UAT
Y hablando de cambio que impacten a nuestra juventud para aspirar a un futuro más brillante, con una inversión de 444 millones de pesos, el rector Dámaso Anaya Alvarado lidera la modernización más ambiciosa en la historia de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), triplicando el promedio de la última década. Respaldado por el gobernador Américo Villarreal Anaya, impulsa 74 proyectos que transforman espacios educativos, de investigación y bienestar en todos los campus. Destacan la remodelación del rastro TIF en la Facultad de Veterinaria, único en México, la modernización de quirófanos en Medicina Tampico, la nueva Preparatoria UAT en Nuevo Laredo y el Centro de Formación Integral en Mante. Se entregaron 814 computadoras, aulas inteligentes, bibliotecas ampliadas, canchas multiusos y laboratorios de IA y energías renovables. Además, se adquirieron 85 vehículos, 25 para transporte estudiantil, asegurando acceso equitativo. Anaya subraya que estas obras posicionan a la UAT como referente nacional en infraestructura, innovación y equidad educativa.
CONSUMATUM EST.