Claudia Vázquez
La “buena vecindad” ha sido una práctica de toda la vida entre Estados Unidos y México, pese a que la percepción ciudadana, e incluso de extranjeros, hasta hace apenas pocos años, México era el patio trasero de los “gringos”.
Sin embargo, de alguna manera los gobiernos estadounidenses guardaban formas y los mexicanos también, aunque terminaran accediendo en todo a las peticiones de los vecinos del norte. No existían desencuentros públicos.
Pero, se tendrá que reconocer que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de alguna manera hizo respetar la soberanía del país y defendió, equivocadas o no, sus estrategias de gobierno, aun en los tiempos de Donald Trump.
Y hoy, que llega de nueva cuenta el republicano a la Casa Blanca, y que amenaza con tomar medidas extremas en contra de México por la tolerancia a los migrantes y por ser trampolín para el paso de drogas a su territorio, la presidenta Claudia Sheinbaum también fijó su postura.
Si bien es cierto esta es tolerante, conciliadora y privilegiando la buena vecindad, también es cierto que fue tajante al señalar al virtual presidente Trump, que: “a un arancel, vendrá otro en respuesta, y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes”, y nombró como ejemplo las armadoras de vehículos que permanecen en nuestro país desde hace más de 80 años.
El mensaje de la presidenta Sheinbaum fue claro al señalar, lo que venga de allá, tendrá respuesta de aquí, y eso muy seguramente que llevará, sino a desechar el proyecto de presión, sí a meditarlo porque finalmente ambos países de alguna manera dependen mucho en su economía uno del otro.
Con el agregado, que el anterior Gobierno mexicano, abrió las puertas de comercialización a otros países, de tal manera que la dependencia con los Estados Unidos ya no es total.
Esperemos que ambos mandatarios, pero sobre todo el del vecino país del norte, no se precipite y vaya a provocar la quiebra de empresas trasnacionales y con ello generar la pérdida de empleos en ambos lados, y obvio con las repercusiones económicas correspondientes.
México ya no es el mismo de ayer, y su defensa se ha vuelto más férrea, pero ahora con un agregado, los mexicanos, bueno la gran mayoría caminan de la mano de su gobierno.
Como dirían en el rancho, ya veremos de que cuero salen más correas.