Ayer se festejó el 113 aniversario de la revolución mexicana, un movimiento que le dio un giro a la situación política, social y económica del país. Costó vidas, costó dolor el principio de la no reelección, acabar con la desigualdad, la falta de libertad política, con la pobre calidad de la enseñanza y la terrible represión… Problemas que no se han resueltos del todo. De lo contrario ya no habría pobreza ni desigualdad 100 años después como ha sido el caso de países que se levantaron de las cenizas después de la II Guerra Mundial, y otros del narcotráfico y las mafias como Singapur. Por otro lado, en estos momentos en otras partes del mundo se está llevando a cabo una revolución de conservación y almacenamiento de semillas, datos y ADN para proteger el futuro. Son cámaras de alta seguridad, como lo asegura The Guardian para preservar todo lo que necesitamos para resistir los peores escenarios. Entre las destacadas científicas en este campo sobresale la Dra. Elinor Breman, investigadora del Milennium Sed Bank, Wakehurst en Sussex. Consta de seis bóvedas subterráneas que literalmente son un congelador con temperaturas menores a los 20 grados centígrados. Se trata del banco de semillas más grande del mundo con casi 2500 millones de semillas, listas para su uso en cientos, si no es que miles de años. Este banco construido en el año 2000 es uno de los 1700 bancos conocidas como “Bóvedas del fin del mundo” con instalaciones destinadas a salvaguardar a la humanidad en caso de civilización. Más allá de semillas, Breman el autor del reportaje dice que es una póliza de seguro contra la extinción. Los investigadores están preservando desde el ADN hasta datos específicos incluso de las heces. Las nuevas “Arcas de Noe” podrían proporcionar los planos para nuestra recuperación. Como dato curioso de heroísmo habla del primer banco que se instaló en 1920 en Leningrado y que durante la II guerra mundial varios de sus científicos murieron de hambre en lugar de comerse la selección de semillas. Protegieron con su vida este banco contra la población hambrienta y las tropas alemanas durante el asedio que duró 28 meses. Este tipo de bóvedas son una realidad porque según el informe del Jardín Botánico de Kew dos de cada cinco especies de plantas están en peligro de extinción. Ya sabemos las causas todas atribuibles al hombre mismo. Agricultura industrial, deforestación, contaminación, cambio climático y guerras. Ante esta nueva etapa revolucionaria de almacenar y prever catastróficas situaciones en el futuro, que cada vez se torna más oscuro se vive una terrible realidad. Realidad que lleva a reflexionar si no valdría la pena también hacer un banco con información de los terrible horrores y errores que hemos cometido para que las nuevas generaciones aprendan a no hacer lo que hicimos en el pasado y lo que seguimos haciendo en el presente. Mientras que el mundo se desmorona en muchos aspectos, vuelven las contradicciones entre derecha e izquierda, continúan las producciones industriales que causan más daño que beneficio, basura plástica y desechos químicos que arrasan nuestras áreas naturales, un desmedido consumo y producción de drogas que deriva en un incremento en el poder del crimen organizado y para colmo preocuparse si aceptar o no desde temprana edad los diversos y gustos y preferencias sexuales que ya sobrepasan las 65 categorías cuando antes eran solamente dos. Las preferencias de cada uno son cosa aparte. Es como dividir la población entre altos y chaparros, morenos y güeros, deportistas e intelectuales. La inclusión no se basa en eso, incluir es aprender a ser buenos ciudadanos del mundo, no importa como te vistas ni que te guste más. Ni que hablar del problema de migración, una lacerante realidad donde las respuestas están en el aire. Lo padece México, Estados Unidos, y buena parte de Europa. La presión del mundo pobre sobre el mundo más desarrollado está haciendo mella. La guerra entre Hamas e Israel y Ucrania y Rusia están acabando con la esperanza de un mundo más armónico y humanitario y donde además de la trágica muerte de civiles inocentes, se habla de la posible desaparición de especies endémicas de esas regiones que tal vez no puedan volver a reproducirse. En México la Revolución del siglo XX no ha concluido con su objetivo. Falta mucho y la desigualdad crece. Es triste ver que ya ha empezado la guerra sucia entre campañas, partidos y candidatos. Un terrible desgaste para un país que necesita respeto y propuestas, un país en peligro de vivir bajo el dominio absoluto del crimen organizado, en peligro de olvidar las advertencias del cambio climático sin tener un banco de reservas para estas catástrofes ni tomar medidas de prevención y control del medio ambiente. Un país que necesita revolucionar su mentalidad para alentar la producción y no la dádiva entre la población. Alentar la educación de calidad, la salud, la producción de energías renovables, el bienestar y la superación y sobre todo proteger con buenas pensiones para adultos mayores y sectores vulnerables de población.