Ma. Teresa Medina Marroquín.-
México tardó muchos años en que su población, ahora de 130 millones de habitantes, evolucionara mediante un difícil proceso de transformación a ser considerada una nación “despierta”.
Donde los estilos políticos de abusar de la retórica -sin base alguna- sólo eran y siguen siendo en diversas regiones del país el equivalente a mentiras, que una vez descubiertas pasaban a ser las más desagradables disonancias, y por ende se convertían en escenarios de corrupción e impunidad.
Pero, honor a quien honor merezca, porque gracias a los esfuerzos de diversos gobiernos, como el que ahora lidera Américo Villarreal Anaya, la educación pasó a ser, dentro de la franja central de las actividades sociales, económicas y políticas, una protagonista que, salvo una ceguera física, no se vería como, tal cual pasa, en uno de los componentes cuyos efectos ya recorren toda la estructura social del país.
Por ejemplo, en El Día del Maestro, celebrado este lunes, el gobernador Américo Villarreal Anaya afirmó (y muchas y muchos nos quedamos con esta frase) que “con el respaldo de los maestros y de su sindicato la educación se convertirá en palanca de la transformación en Tamaulipas”.
Se trata de que la agenda pública, que no es privativa del gobierno, en sus tres niveles, sea una genuina plataforma de equilibrios sociales, donde nadie vuelva a ser visto por debajo del hombro, ni que el mejor nivel de vida sólo sea privilegio de una clase social que hasta el momento se cree por encima de todos los demás.
Esos tiempos están llegando a México. Por ese motivo, un sector de la sociedad, los llamados “ricos”, le pelean a muerte al presidente López Obrador, y no tardan en hacérselo al gobernador Villarreal Anaya, que los privilegios sólo sean de su “propiedad”.
LOS MÁS PELIGROSOS ESPÍRITUS INMUNDOS
Esa clase social está horrorizada con que un día todos y cada uno de los mexicanos, en la proporción natural que les corresponda, participen del intercambio público de los bienes de la nación.
Esta gente quiere que Pemex y CFE sigan siendo sólo de los extranjeros, de los proveedores, de los dirigentes sindicales y de los trabajadores de esas paraestatales, como del resto de las empresas propiedad del Gobierno de México.
Quieren que la ignorancia se prolongue por otros 200 años para que sólo sean ellos, junto con sus socios extranjeros, los que exploten las minas y las riquezas del subsuelo como de los mares.
Exigen en forma disfrazada que las empresas que más ganan nunca tengan una fuerte competencia de mexicanos que por su talento, esfuerzo y educación también sean capaces de estar al mismo nivel por obra y gracia de la democracia que no sólo es votos sino justicia social.
Todo ese pequeño mundo de gente poderosa y multimillonaria sufre enormemente al imaginarse un país donde todas y todos nos tratemos de “tú a tú”.
Son, la verdad, esos ricos y súper ricos, los más peligrosos espíritus inmundos que ya se habían creído que sólo los alumnos preparados en el Tec de Monterrey o en el ITAM eran los únicos que podían acceder a las mejores oportunidades laborales, por lo que los egresados de las universidades públicas estaban irremediablemente condenados a los empleos mal pagados que aquellos ni siquiera volteaban a ver.
De ahí que la visión del Gobierno de Tamaulipas, básicamente en la dependencia que dirige Lucía Aimé Castillo Pastor, sea en ese sentido el principal motor para que la niñez y la juventud de la entidad tengan en la educación pública que se imparte, el futuro promisorio que en el pasado resultaba imposible.
GATTÁS INTENSIFICA PROGRAMA DE BACHEO
La instrucción del alcalde de Victoria, Eduardo Gattás Báez, para esta semana, es intensificar el arreglo de extensos tramos en la ciudad y los ejidos. Esto es, más de una docena de calles y avenidas de tráficos intensos, así como en zonas rurales como Aquiles Serdán y Ávila Camacho, cuya cobertura es cada vez más amplia atendiendo el compromiso del alcalde de Victoria con la ciudadanía.
¡Feliz miércoles!
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