Rogelio Rodríguez Mendoza.-
¿DEDICATORIA PARA EBRARD?.- La semana pasada, la burocracia estatal recibió una advertencia, vía circular administrativa: nadie debe involucrarse en los eventos de proselitismo de los participantes en la contienda interna de Morena.
Traducido al lenguaje sencillo, la indicación concreta es que se abstengan de andar participando en los eventos de las corcholatas presidenciables.
Sin embargo, hay detalles que, inevitablemente llaman al sospechosismo. De hecho, pareciera que lleva dedicatoria.
Y es que la advertencia a los trabajadores del Estado se hace en la víspera de que arribe a Tamaulipas el excanciller Marcelo Ebrard, el más complicado competidor para Claudia Sheinbaum, la corcholata favorita del presidente Andrés Manuel López Obrador y del morenismo estatal.
A ver si Ebrard no hace lo mismo que Adán Augusto López, en su reciente visita a Reynosa, cuando denunció un boicot a sus eventos.
Otro detallito es que la orden a la burocracia llega después de que Sheinbaum ya anduvo placeándose por la zona sur del estado, con todo el apoyo oficial a su favor.
Esperemos que se cumplan los pronósticos de los morenistas tamaulipecos, porque si el candidato termina siendo Ebrard, van a sobrar sombreros.
CHICANADAS LEGISLATIVAS.- Durante algunas plenarias del último período ordinario de sesiones del Congreso del Estado, la bancada morenista rompió el quórum para evitar las críticas de la oposición a los gobiernos federal y estatal.
La estrategia era sencilla: tan pronto la sesión entraba a la etapa de asuntos generales, los diputados guindas procedían a abandonar el recinto.
Ante ello, el presidente de la mesa directiva se veía obligado a revisar el quórum, y al constatar que no había los 19 legisladores necesarios para continuar los trabajos, procedía a dar por terminada la sesión.
Inicialmente se pensó que la estrategia era innovación del grupo parlamentario guinda, pero ahora se sabe que en realidad es una copia fiel de lo que Morena hace en el Congreso de la Unión.
Para prueba está lo ocurrido la semana pasada, cuando la Comisión Permanente del Senado de la República recurrió a la misma práctica para evitar que la oposición arremetiera contra el gobierno lopezobradorista, por la violencia y bloqueos desatados por el crimen organizado en Chilpancingo, Guerrero, en exigencia de la libertad de algunos de sus líderes.
Es lo que en la jerga de la abogacía se conoce como chicanada. Se trata pues, de una chicanada legislativa.
Ojalá que las importaciones de modismos parlamentarios fueran para mejorar la eficiencia en la producción legislativa, pero lamentablemente no ha sido así.
CUESTA POCO Y GANAMOS MUCHO.- En su más reciente sesión, el Cabildo de Victoria, que preside el morenista Eduardo Gattás Báez, le dio entrada a un proyecto de reglamento de arbolado urbano. Se busca incentivar y proteger la forestación de la ciudad.
La verdad, vale la pena celebrar la iniciativa porque, a raíz de la terrible ola de calor que nos agobia, producto del cambio climático, exponíamos recientemente aquí la urgencia de que gobernantes y alcaldes impulsen un programa de forestación de las ciudades tamaulipecas.
Reflexionábamos sobre la posibilidad de que, tan solo en Victoria sembráramos al menos cien mil árboles en un año. Sería una maravilla para la Capital.
Por eso se vale aplaudir el proyecto del Cabildo victorense para dar el primer paso en la forestación de la ciudad.
Así como la ley prohíbe derribar o modificar inmuebles calificados como patrimonio histórico, se debería legislar para prohibir la destrucción de un árbol.
La verdad, como ciudadanos nos cuesta poco y ganamos muchos apoyando ese proyecto de la autoridad. Ni siquiera deberíamos necesitar un reglamento para obligarnos a sembrar, cada quien, un árbol. Le aseguro que, a la vuelta de cinco años esta ciudad sería otra.
ASI ANDAN LAS COSAS.
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