noviembre 22, 2024
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Alicia Caballero Galindo

Del gato Félix a los Transformers

noviembre 21, 2024 | 12 vistas

Alicia Caballero Galindo

 

Es muy cómodo tener el recurso de las caricaturas como medio de entretenimiento para los niños, pero, ¿qué tipo de historias ven? ¿qué mensajes les transmiten? y los padres, ¿reflexionan en lo que ven sus hijos?

Recuerdo que desde que mi niñez, era común que los varones jugaran a los policías y ladrones, a los vaqueros, a los buenos y los malos, etc., donde los buenos siempre ganaban. Estas acciones eran solamente actividades lúdicas propias de su edad, imitando a los adultos, los héroes representaban a paladines de la justicia. Cuando en la televisión se generalizaron los dibujos animados eran la sensación para los niños, a través de este medio de comunicación se internacionalizaron, Walt Disney, Walter Lantz, Hanna Barbera, que daban vida y atributos humanos a los animalitos para divertir con sus historias. También se popularizaron los héroes, paladines de la justicia y las causas nobles como Superman, Batman y Robin, Spideman, El Fantasma, La Sombra y otros más. Esta industria remonta sus orígenes al siglo XIX, cuando el doctor Jhon Ayton desarrolló en Inglaterra el primer juguete óptico consistente el un círculo al que se le ponían dos cordeles para hacerlo girar rápidamente. En una de las caras se colocaba la imagen de un ave y en la otra la de una jaula vacía. Al hacer girar el círculo con el movimiento de los cordeles, se creaba el fenómeno óptico de ubicar al ave dentro de la jaula, se le llamó a este juguete Taumatropo.

Los dibujos animados nacieron antes que el cinematógrafo; el visionario francés Emilie Reynaud, a quien se considera padre de la animación, la conjugó con el drama, para comprobar sus teorías científicas y crear una forma de entretenimiento para los niños. En el año de 1877.el aparato fue llamado praxinoscopio, posteriormente creó el teatro óptico. Poco a poco la idea de los dibujos animados se perfeccionó; en 1915 el norteamericano Earl Hud, con el uso de celuloides transparentes para los dibujos y mejorado por Raoul Barré de origen canadiense en el siglo 20, revolucionaron el sistema, combinando el movimiento del muñequito con fondos diversos, para dar comienzo a la era moderna de las animaciones, hasta llegar a las que actualmente vemos, cien por ciento computarizadas. Con la entrada de Japón a esta pujante industria, en los años 60 con Astroboy el niño robot, seguidos por Heidi, Maya la abeja, Mazinger Z. y Pokemon, sus historias con tintes épicos propios de su filosofía penetraron a las culturas occidentales invadiéndolas con su violencia; actualmente existen un sinnúmero de animaciones de todos los países, conteniendo mensajes negativos y dañinos para los niños. El caso de los Simpson, es uno de ellos, donde sus personajes tienen acciones soeces que atentan contra las buenas costumbres y se vuelven paradigmas para los niños y jóvenes. La mayoría de las caricaturas televisadas tiene personajes desagradables, tenebrosos antiestéticos y violentos, donde las peleas y la destrucción son constantes. ¡En la serie de Scooby Doo, sus protagonistas ven como una gracia expeler ventosidades! Eso es vulgar, de mal gusto, sin embargo, se volvieron populares entre niños y jóvenes. Actualmente se transmiten en los sistemas de televisión libre y por cable, “caricaturas para niños” que distan mucho de ser una sana diversión. Por desgracia hasta el vocabulario empleado es nocivo, constantemente aplican las palabras “tonto, idiota, estúpido imbécil” y otras por el estilo, que son adoptadas y aplicadas por los televidentes menores de inmediato, degenerando sus buenos hábitos al hablar y tipificando a otros niños, causando daños a la autoestima. Caricaturas como Los Simpson, están llenas de imágenes y acciones lascivas a la educación y buenos modales, por desgracia, prolifera su difusión.

En tiempos actuales la televisión es un recurso de entretenimiento que la mayoría de las veces no se supervisa por un adulto. Para los padres y madres que trabajan y están ocupados en sus quehaceres, no analizan el contenido de los programas con que se divierte su hijo, provocando que éste vea como normal la violencia en las películas exhibidas en las salas de cine.

Si agregamos que los juegos electrónicos tienen como eje central, luchar y matar, los chicos aprenden que la violencia y matar “es normal”. En los videojuegos los muertos reviven, pero en la vida real, es otra cosa.

La violencia de las caricaturas y los juegos, puede generar fenómenos como las matanzas que en Estados Unidos se han venido suscitando y son cada vez más frecuentes, en escuelas y universidades. La violencia, lleva a las nuevas generaciones a ver como normal el poco o nulo respeto a la vida de sus semejantes, animales y plantas. Aquí viene algo para reflexionar ¿Culparemos a la televisión de la violencia de los jóvenes?  ¿Hasta dónde llega la responsabilidad de los padres en lo que los hijos ven? ¿Deben prohibirles que vean violencia en la televisión?

En realidad, depende de los mayores, qué juegan sus hijos y a qué tipos de entretenimiento televisivo tienen acceso. No se les puede aislar de la cotidianidad que se vive, pero sí se les puede educar bajo principios éticos, que les permita entender sus alcances y limitaciones.

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