En pocas palabras, la democracia es el imperio de las mayorías, establecidas a partir de un voto de ventaja, sobre cualquiera de los demás contendientes, en tratándose de un proceso electoral.
Para el caso de la elección local en el municipio capitalino, el PRIAN- anda haciendo fiesta, porque encontraron una empresa encuestadora que les concedió ir perdiendo la elección “por solo” cuatro puntos porcentuales.
Sin detrimento de que otros trabajos de campo y estadísticos asientan una diferencia más contundente, a favor de la reelección, cabe destacar que, si es el uno por ciento, o aún menos, un solo voto es suficiente para dirimir las controversias sobre el imperio de la mayoría.
La fiesta aquella, estaría descansando en la idea de que, con el dinero sucio que se ha juntado en torno de la campaña del abanderado prianista, proveniente del exgobernador de triste memoria, FRANCISCO JAVIER “N” y del grupo comandando por el último secretario de gobernación priista que le entregó el poder estatal, MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG, podrían manipular el desenlace electoral.
En sus cuentas, con la compra de conciencias y la persecución de liderazgos morenistas, el día de la elección y desde las vísperas, podrían coaccionar hasta el cinco por ciento de los electores, apenas suficientes para revertir aquel escenario de su encuesta a modo.
Más allá, esperan que al menos, con una votación cerrada, aun perdiendo puedan “recuperarse” con las viejas prácticas de manipular los paquetes electorales ya en manos de la autoridad electoral, para justificar el despojo en las instancias jurisdiccionales.
Tampoco les va a funcionar.
Con la solvencia de las mejores prácticas democráticas, Morena no solo va a provocar el voto a favor de su proyecto; también el defenderlo hasta sus últimas consecuencias está en el calendario propio de las prioridades.
Los “mapaches” financiados con dinero sucio, para manipular el destino de la elección, no podrán desplegar sus malas artes, porque serán evidenciados y maniatados puntualmente y las instancias jurisdiccionales, no tendrán margen de maniobra para torcer la voluntad popular manifiesta en las urnas del dos de junio.
Los ciudadanos, todo el tiempo, tienen ya la lupa puesta sobre ellos.
En la plenaria del Congreso Local ayer se aprobó la creación de la Dirección de Tránsito Estatal que dará paso a la creación de la división de tránsito a cuyo cargo estará la vigilancia en las carreteras estatales y el apoyo a la autoridad federal y las municipales, en las tareas propias de su jurisdicción.
La intención, manifiesta por el diputado promoverte, el morenista ELIFA GÓMEZ, es la de prevenir accidentes y reducir la incidencia de percances de consecuencias fatales que en los últimos años se han incrementado.
El traslado de la Policía Federal División Caminos a un nuevo orden, integrada por elementos surgidos de la milicia, piensan algunos, ha tenido mucho que ver con el relajamiento en la vigilancia de las carreteras federales y la falta de una corporación propia en las locales, con competencias bien definidas, ha impedido acotar el desbordamiento aquel.
Sea cual sea el motivo del origen, parte de la solución ya está en marcha.
Para llegar a esa ley se hicieron estudios, acuerdos, trámites, gestiones, que ponen al Ejecutivo en la condición de iniciar la nueva institución de tránsito estatal en corto plazo.
