septiembre 7, 2024
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María José Zorrilla

Detrás del humo

junio 30, 2024 | 111 vistas

María José Zorrilla

 

Fumar puede ser uno de los grandes placeres, pero también uno de los grandes vicios. Quien fuma ocasionalmente y no se acaba ni media cajetilla al mes, puede decirse que no tiene problema con el tabaco. Hoy día fumar se ha convertido en un acto penalizado por las sociedades en la mayoría de las naciones del mundo. Se han restringido al máximo los lugares donde está permitido hacerlo y un número considerable de países ha logrado reducir los índices de fumadores entre su población. En México llama la atención que el porcentaje de fumadores de cigarros ha aumentado en los últimos años al pasar de 16.8 por ciento equivalente a 14 millones de personas en el 2020 a 16.6 millones o sea 19.5 por ciento en el 2022. En un artículo publicado en Animal Político se comentaba que la prohibición en México de productos de riesgo reducido como vapeadores, cigarro electrónico, dispositivos de calentamiento de tabaco, podría ser la causa de este incremento de fumadores. En Reino Unido les ha dado buenos resultados el uso de productos menos nocivos que el tabaco y en Suecia la tasa de tabaquismo se redujo del 15 por ciento al cinco por ciento entre el 2008 y 2023 y está a punto de convertirse en el primer país europeo sin humo. Las opiniones sobre el uso o no de productos alternativos al cigarrillo de combustión han sido muy cuestionadas pues ha habido casos de personas que han muerto por el uso prolongado de cigarros electrónicos. Algunos de los especialistas como Ricardo Polosa profesor titular de medicina interna en la Universidad de Catania en Italia y fundador del Centro de Excelencia para la Aceleración de la reducción de daños, cuestionó la política nacional de salud preguntándose que, se puede proponer para las personas que no pueden o no quieren dejar de fumar. ¿Dejarlos morir? No, se contesta a sí mismo; para eso están las alternativas de las nuevas tecnologías con riesgo muy reducido que pueden sustituir los combustibles del tabaco y marcar una diferencia.

Fui fumadora compulsiva entre los 15 y los 30 años de edad con tres cajetillas por día. No podría haber realizado un vuelo sin fumar, sin importar la distancia entre punto de partida y desembarco. Era permitido fumar en cualquier lugar y en los aviones se establecía de la fila X para atrás es para fumadores. Había quien incluso fumaba dentro de los elevadores. Se lo que es este vicio y lo que significa en esfuerzo y voluntad dejar de fumar. Ansiedad, angustia, desesperación, gula, dolores de cabezaentre otras manifestaciones de desintoxicación bastante desagradables. Pero ya no quería regresar al punto de la vez anterior que dejé de fumar diez meses y creí haber controlado el vicio. En una fiesta me invitaron un cigarro. Lo encendí, me dio tremendo dolor de cabeza, pero a la semana estaba fumando tres cajetillas otra vez. Pasaron como seis años hasta que tomé la decisión. Varias fueron las causas que me ayudaron a que me “cayera el veinte” literalmente.  Un tío que me dijo que no había conocido a nadie que fumara más que él y murió de cáncer en la garganta. La muerte de la chica de mí misma edad que nos ayudaba en la casa y padeció un error garrafal en el hospital, mi hermano que había también dejado de fumar y mi pareja de entonces que odiaba verme fumar. Fue difícil pero ya nada me haría cambiar de opinión por más que padeciera todo tipo de neurosis por la falta de nicotina. Para muchos el camino para vencer los vicios es simplemente proponerse con determinación quitarse algo que te está envenenado poco a poco, pero no todos tienen la misma fuerza de voluntad, aunque creo se puede trabajar en ello. No estoy muy segura si el mejor camino en el caso del tabaquismo es pasar del cigarro convencional a otro menos dañino, pero lo que si invita a la reflexión es la situación de ingleses, suecos y japoneses que han logrado reducciones muy considerables aplicando regulaciones bien establecidas para el uso de medios alternativos al tabaco. Queda la pregunta en el aire de qué es mejor si aceptar los métodos alternativos o no. Pero yo todavía me asombro de cómo el vicio de inhalar humo puede arrastrarte hasta lo indecible. Lo ideal, evitar cualquier tipo de dependencia antes que sea demasiado tarde.

 

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