mayo 9, 2025
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Alicia Caballero Galindo

Día de las madres

mayo 8, 2025 | 68 vistas

Alicia Caballero Galindo

Ser mujer, es un privilegio, ser madre es un Don divino, lo que realmente nos convierte en madres, no es la función biológica de engendrar vida, que en sí es un regalo de Dios. Lo que transforma en madre a una mujer, es el amor, la educación, la constancia, la sabiduría y la capacidad orientadora, de dirigir una nueva vida hacia un futuro exitoso. Hay quienes dan vida a nuevo ser y se deshacen de él, carentes el instinto maternal y, en contraste, mujeres que cobijan y dirigen, con amor y sapiencia, a un ser indefenso ¡eso, es lo que convierte en madre a una mujer! La maternidad se lleva en el alma, más que en el cuerpo.

Quiero compartirles algunos poemas a la madre que he escrito a lo largo de mis 40 años de escritora, que, en 2025, estoy celebrando.

Mamita

Cuando te hablo, mamita

y luego escucho tu dulce voz

siempre pendiente de mis reclamos

tierna, amorosa, bella, feliz.

Tus tibias manos siempre al alcance

son mi consuelo cuando hay pesar

con gran cariño borran mis penas

y sabiamente me han de guiar.

Desde pequeña, yo te recuerdo

como un refugio, mi fortaleza

y entre tus brazos siempre me siento

como en el cielo, fuerte y segura.

Con todo esto has cultivado

aquí, muy dentro en mi corazón

un paraíso de hermosas flores

que toda mi alma llenan de amor

Y aunque los años pasen y pasen

la vida cambie, el mundo también

nadie jamás podrá arrebatarme

lo que tu amor en mi vida sembró.

No solo en el cielo hay estrellas

No sólo en lo alto del cielo

se ven las estrellas brillar

no sólo en la cumbre del cerro

las flores han de perfumar.

Hay dos lindas estrellitas

que me dan luz y ternura

que nunca me dejan solita

ni me niegan su frescura.

Los ojos de mi mamita

son esos bellos luceros

que yo veo desde niña

y me dan luz y consuelo.

No sólo . . .

Y sus manos son dos rosas

que perfuman mi existir

tan tiernas y tan hermosas

si me tocan yo soy feliz.

Deseo que en toda la tierra

los niños puedan tener

una mamá que los quiera

y muy felices puedan ser.

Mamacita

(Acróstico)

Más bella que una aurora florida

Ángel del cielo que Dios me mandó

Mi corazón se llena de gozo

Al contemplar tu imagen querida

Cantan las aves bella melodía

Inquietas mariposas adornan los cielos

Todos en la tierra hoy lucen sus galas

Al brindarte, madre, de eterno amor pleitesía.

Mamá

Desde que comienza mayo

me late más de prisa el corazón

porque reafirmo el gran amor

que te profeso todo el año

Aunque los rosales florecen

radiantes, todos los días

las flores más bonitas

son las que hoy te ofrecen

Yo quisiera, mamacita,

que siempre te puedan acompañar

como dulce arpegio musical

los ecos de mis caricias.

02 05 01

A mis hijos

Recuerdo cuando latían en mi vientre

y yo, ¡soñaba!

Un día los tuve entre mis brazos

tan pequeños, tan frágiles

¡tan míos!

Cuando se aferraron a mis dedos

con sus pequeñas manitas

supe que caminaríamos juntos

 un tiempo.

Les enseñé la estrella de la tarde

cuando mansamente

se sientan sobre la cumbre del monte

¡efímero momento, 

 destello de la vida!

Cuidé sus pasos vacilantes

pero pronto aprendieron

a caminar, a correr ¡y a volar!

Hoy sus alas

se abren poderosas

y surcan ya otros cielos

hoy forjan sus propios nidos

allá ¡en la cumbre!

Así como nosotros un día

forjamos el nido en que nacieron.

Hoy pasan por mi mente los recuerdos

¿que si hubo desvelos?

¡ya no los recuerdo!

¿sufrimientos y penas?

¡Jamás!

¿Sacrificios dolorosos?

¡nunca existieron!

¿Lágrimas y dolor?

Sólo llevo en el alma

las dulces lágrimas de felicidad

derramadas con amor

cada vez que subían un escalón

en la montaña de la vida.

Madre, mamá, abuela

dulce canto de amor 

que da vida a la vida

manantial de esperanza

donde liba la humanidad

brazos abiertos que siempre esperan

sombra fresca para guarecerse

cuando el sol haga lentos los pasos.

Quiero ser fronda que cobija

fuente cristalina que sacie su sed

viento que acaricia

fulgor en el horizonte que guía

mano invisible que protege.

Cuando mi cuerpo fenezca

me iré con una sonrisa

cantándole a la vida

y agradeciendo al Creador

el privilegio de ser madre.

En las noches solitarias

mirarán la luna y las estrellas

¡sonreirán! porque desde ahí,

mis ojos estarán mirándolos

y el viento,

 les llevará mi voz a donde estén.

Y en el fondo de su ser

en cada latido de sus corazones

estarán escuchando al mío

diciéndoles que los quiero

y siempre estaré con ustedes.

¡Gracias a la vida

por el privilegio de ser mamá!

Mamá

Mujer roble que guareces

barca que salva de borrascas

apacible arroyuelo de cristal

canta y pacifica

sillón que mece sueños.

Voz trasponiendo

el tiempo y el espacio

brazos de viento

que nunca abandonan

suave girón de luz

que cura las heridas

estrella marcando el rumbo

en noches de soledad.

Esperanza bajo la fronda seca

renaciendo en cada semilla

pétalos de flor silvestre

que acarician al andar.

Esencia que no se pierde

canción del alma

oración perenne

luz inmortal

que nos vuelve humanos

sencillamente, mamá.

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