Ana Medina
Esta semana me tocó ver la preparación del día de Reyes y me gustaría decir que desde niña me ha sorprendo mucho esta tradición tan, pero tan mexicana de celebrar a los reyes magos, regalos y de más, y es que debo confesar que yo soy más bien del Team de Santa Claus, tal vez porque en enero ya vienen los cumpleaños (mío y de mi madre) en mi infancia Reyes era algo mucho más sencillos. Hoy vi muchísima producción.
Históricamente el 6 de enero se celebra la llegada de los Reyes de Oriente guiados por una estrella para adorar a un profeta recién nacido y llevarle ofrendas: oro, incienso y mirra. Y aunque la escuela es laica, la verdad es que la costumbre actualmente es más bien cultural y tiene poco que ver (por lo menos en las aulas) con religión; lo que me contaba mi papá cuando niña era que había que dejar las peticiones en un zapato la noche del 5 de enero y esperar, a veces había regalos, a veces dulces, a veces nada y no dependía de mi conducta durante el año, más bien era un golpe de suerte, así lo sentí.
Ahora he visto como ambas tradiciones varían a lo largo del país, pero el centro de ambas son buenos deseos y regalos para los niños. Los alumnos en las aulas disfrutan elaborar sus cartas y la convivencia de la rosca de reyes es única, aunque este año será tardía por el regreso a actividades hasta el 8 de enero. Yo lo sigo agradeciendo.
Como maestros nuestras cartas son sencillas, un pago a tiempo, salud y un buen equipo de trabajo. Aunque bueno, considerando que los Reyes son “mágicos” podría atreverme a pedir cosas mas utópicas.
Si como docente pudiera pedirle algo a los Reyes Magos mi carta diría lo siguiente.
Queridos Reyes Magos:
He trabajado muy duro todo el ciclo escolar y no solo el horario escolar por lo que creo que puedo pedir cosas que harían mi trabajo más sencillo. Les pido una escuela que entienda por fin lo que es un niño (no es un robot, ni una esponja, ni un numero), quiero una escuela que respete los diferentes ritmos de aprendizaje de mis alumnos, una escuela que no se empeñe en enseñarle a los 20 o 40 alumnos exactamente lo mismo y de la misma manera. Quiero una escuela que pueda tratar a los alumnos como personas y no como un producto en una línea de producción. Les pido abran la mente de los maestros de mi escuela para que reflexionen sobre el interés de tener a sus alumnos sentados y callados, quiero que los docentes comprendan que los niños trabajan jugando y que las tareas son para reforzar el aprendizaje y no deberes sin sentido.
Les pido una escuela donde los padres motiven a sus hijos, con ilusión y quieran brindarles apoyo constante. Quiero que los padres y maestros comprendan que un alumno necesita respeto, atención, contención emocional y aprendizajes para una enseñanza humanista, todo junto.
Como docente de educación especial creo firmemente en la importancia reconocer la individualidad de cada alumno mi propuesta educativa siempre estará centrada en el respeto y atención a la diversidad.
Gracias y espero mi zapato sea lo suficientemente grande para que quepa todo lo que pido. Atentamente un docente que aun cree que a la escuela le falta un poquito de magia.
Probablemente no dependa de los Reyes Magos cumplir con mi carta, pero bueno, como buen docente se le hace la lucha por todos los medios posibles.
¿Ustedes qué opinan?