Mauricio Zapata
La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos a productos mexicanos supone un golpe directo a la economía de Tamaulipas, un estado cuyo dinamismo depende en gran medida del comercio exterior.
La industria manufacturera, el sector automotriz y el agropecuario verán incrementados sus costos, afectando desde exportadores hasta trabajadores que dependen de estas actividades.
Ante este escenario, la respuesta de las autoridades de todos los niveles ha sido, una vez más, la de un discurso patriotero sin un plan claro para amortiguar el impacto.
Se habla de unidad, de defensa de la soberanía económica y de diversificación de mercados, pero no se presentan estrategias concretas que brinden soluciones a corto y mediano plazo.
El problema es que los aranceles no son solo un tema de orgullo nacional; son una realidad económica que puede traducirse en desempleo, cierre de empresas y encarecimiento de productos.
Si los gobiernos estatal y federal no reaccionan con rapidez, miles de trabajadores tamaulipecos pueden verse afectados, especialmente en ciudades como Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, que dependen de la maquila y el comercio fronterizo.
Mientras en los discursos se exalta la resistencia ante las medidas de EUA, no se han anunciado incentivos fiscales para las empresas afectadas, ni políticas de apoyo a las exportaciones, ni programas de reconversión productiva que permitan mitigar el impacto.
Si bien la diversificación de mercados es una meta válida, es un proceso lento que no solucionará el problema inmediato.
El reto de Tamaulipas no se resuelve con frases de patriotismo económico, sino con acciones concretas que protejan la competitividad.
Es momento de que las autoridades pasen del discurso a la acción, proponiendo medidas reales que amortigüen el golpe de los aranceles y garanticen la estabilidad de los trabajadores y empresarios tamaulipecos.
De lo contrario, la retórica nacionalista se convertirá en un simple consuelo ante una crisis que pudo haberse enfrentado con visión y estrategia.
Estamos ante un monstruo anaranjado caprichoso y enfermo de poder. Y a un boxeador peso completo, no se le enfrenta en el ring sino en un tablero de ajedrez.
EN CINCO PALABRAS.- En vez de discursos, acción.
PUNTO FINAL.- “Les importan más los likes que el alcance”: Cirilo Stofenmacher.
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