Claudia Vázquez
Una vez más quedó claro que en la política de México no hay más intereses que los propios, de grupo y de partidos. Ejemplo de ello es el caso del diputado federal Cuauhtémoc Blanco, a quien se buscó desaforar por el presunto delito de intento de abuso sexual en contra de una mujer, y finalmente no se logró porque fue apoyado por hombres y mujeres de las bancadas de Morena, el Verde Ecologista y Movimiento Ciudadano.
El hecho, fue, no sé si decir triste o aberrante, ver como algunas de las mujeres hicieron una defensa férrea del legislador morenista, cuando la lógica indicaba, que, dada la acusación, las diputadas que lucharon para ocupar una curul con el discurso de justicia y un espacio de género para defender a la mujer, hoy; apoyaran al hombre que debería haber sido separado del cargo para enfrentar la acusación, y una vez libre de cargos, porque todos aseguran que es inocente, pues acogerlo de nuevo en el seno de ese poder.
Pero no fue así, las diputadas dieron por hecho que su compañero de legislatura era inocente y dejaron de lado la tan llevada y traída frase de “sororidad”, incluso hubo quienes subieron a tribuna a cuerpearlo al grito unísono ¡no estás solo! y por ende darle la espalda a la presunta afectada, vaya, ni el beneficio de la duda le dieron.
De los hombres, en su calidad de legisladores se puede entender, aunque no se justifique, porque finalmente se guían más por el lado político y los intereses, muestra de ello es el apoyo que dieron a este caso los priistas, que habitualmente están en contra de todo lo que mueva el morenismo.
Del Verde Ecologista, no resulta extraño, pues su historia parasitaria al poder está escrita.
Así que, aunque le resulte difícil de creer, el pleno legislativo del Congreso Federal desechó la solicitud de desafuero del ex gobernador de Morelos, e increíblemente el apoyo de las mujeres fue tan sobrado, que superó el número de votos que requería para librar ser juzgado como cualquier ciudadano común.
En fin, el caso de Cuauhtémoc Blanco, revela con tristeza que la lucha de la mujer es contra su mismo género, porque finalmente a la que dejaron sola fue a la presunta víctima.
