Ma. Teresa Medina Marroquín.-
Independiente de que -así sea a regañadientes- diversos medios de
comunicación y casas encuestadoras coincidan en un 2024 cuyo resultado
sería victorioso para Morena, dejando atrás (se dice) a los dos tradicionales
partidos políticos, PRI y PAN, no es poca gente que urge a las autoridades
fomenten una competencia civilizada.
Sabemos que semejante circunstancia no se cumplirá al pie de la
letra, que en lugar del ánimo político y de los ánimos ciudadanos por la
renovación de poderes federales, estatales y municipales estará
prevaleciendo la animosidad.
Y aunque ánimo y animosidad son palabras que cualquiera pudiera
suponer tienen una base semántica similar, no es así.
Pues mientras ánimo es una energía que mayormente es positiva y
emerge para emprender alguna meta, la animosidad es aversión, antipatía,
enemistad y hasta odio.
De eso último rebosa el entorno político, impidiendo que la ciudadanía
tenga claras las alternativas electorales, salvo ver que este y el otro y
muchos más se registran para las alcaldías, diputaciones y senadurías, lo
que no precisamente es muy alentador que digamos.
A eso añádase el problema de que en demasiados casos esa misma
ciudadanía no sabe ni quiénes son la mayoría de todos esos “acomedidos”,
“desinteresados” y “patriotas” personajes dispuestos a “sacrificarse” por el
pueblo.
Aquí en Tamaulipas, por ejemplo, la gente (sin que parezca
exagerado) ya perdió la cuenta de tantas y tantos que han decidido
registrarse, buscando convertirse en influyentes alcaldes y diputados,
situación que abarca a todos los partidos.
Y sin considerar que el PAN y el PRI parece que van perdiendo el
interés de ir juntos por el poder, por lo que sale sobrando el PRD, sin que
esto se repita en Morena, cuyos aliados, el PT y el Verde Ecologista están
más que convencidos de ir en alianza con el partido que llevó a la
Gubernatura al Dr. Américo Villarreal Anaya y a la Presidencia de la
República al Lic. Andrés Manuel López Obrador.
Proyectando llevar igualmente a Palacio Nacional a Claudia
Sheinbaum, más la elección de importantísimas nueve gubernaturas en
Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla,
Tabasco, Veracruz y Yucatán, cuyos escenarios están cargados de
augurios y señales, no sé si adversas, pero sí bastante complejas en una
nación donde la élite no ha podido (o querido) sostener una alianza
estratégica de desarrollo con López Obrador.
LOS AGOREROS DEL DESASTRE Y SUS CARRETADAS DE DINERO
Esos megaintereses son los que propician la inestabilidad convertida
en una guerra política que en cualquier momento pudiera convertirse, y más
por la sucesión presidencial, en un escenario en extremo peligroso.
Lo que se ofrece entonces, ante esos aires enrarecidos, es puro
conflicto, que los agoreros del desastre aprovechan para obtener carretadas
de dinero de tan conflictiva escenografía.
Cualquiera diría que en México como en cualquier parte del mundo,
un proceso electoral jamás se lleva a cabo en un marco de armonía y
tranquilidad.
Esto es, ¿a quién diablos se le ocurre soñar y pedir que elecciones
tan históricas como las del próximo 2024, se den en una atmósfera de sana
y sosegada competencia?
Dirán que estamos en México, no en Holanda o Dinamarca. Vamos
de acuerdo, ¿pero ¿cuándo aprenderemos que el pluralismo político es de
los pocos caminos que nos pueden llevar a una prosperidad estable?
Pero, parece que a los partidos políticos en México sólo les gusta la
guerra, ignorando que la urgencia es reinventar al país. ¿O qué piensan?
¿Que las elecciones son sólo para disputarse el poder?
82 PREMIOS EGEL Y LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN EN LA UAT
Los premios EGEL entregados a 82 egresados de la UAT no sólo
hablan del esfuerzo y dedicación de sus alumnos graduados, sino que
reflejan la calidad de la educación que ofrece la Universidad, expresó el
rector Guillermo Mendoza Cavazos.
¡Feliz fin de semana!
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