noviembre 23, 2024
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Melitón Guevara Castillo

El agua: es lo que hay

mayo 26, 2023 | 657 vistas

Melitón Guevara Castillo

En los últimos días el problema del agua se ha agravado en Victoria. Y es algo que, en lo particular, creo que no se puede culpar al presidente municipal Eduardo Gattás: el hecho que el agua salga turbia, sucia pues, explican que tiene su sustento en el nivel del agua de la presa. En pocas palabras: está tan bajo el nivel del agua, que hagan de cuenta, por el acueducto se viene hasta tierra. Tendrían que filtrarla una y otra vez, hasta que lleve a nuestras llaves.

La culpa es de los gobiernos anteriores, digamos posteriores al gobierno de Américo Villarreal Guerra, que al ver resuelto un problema se durmieron en sus laureles; no visualizaron que, al paso del tiempo, el problema se volvería a presentar. Ya lo estamos viviendo, además, por otra razón: la sequía que ya de plano es cíclica, año con año, y que cada año se presenta con mayor agresividad.

 

INDOLENCIA E IRRESPONSABILIDAD

En las redes sociales y en los noticieros de la televisión vemos, con mayor frecuencia, los estragos de la falta de agua; pero también como la indolencia e irresponsabilidad, tanto del gobierno como de los usuarios, hacen que el problema se convierta en más grave. Cada gobierno, al asumir el problema, le carga la culpa a los anteriores; que no dan mantenimiento a la red, ni la han cambiado. Pero hay, de plano, una realidad que no se puede soslayar.

Ayer en un noticiero televisivo las imágenes fueron claras y evidentes: la reportera que hace transmisión en vivo da cuenta de una fuga, en una colonia de la Capital, y desde el punto donde nace, hace el recorrido y observamos como son cuadras y cuadras. Pero, además, en algunas fugas, los consumidores cuando hacen la denuncia correspondiente aclaran los días, semanas e incluso meses… tirando agua, porque no la arreglan.

Y en el caso de los usuarios, hay una cuestión similar: con todo y que la diputada Alejandra Cárdenas ha impulsado un semáforo del agua, para que estemos enterados y la cuidemos, hace días se multó a varios usuarios que, sin remordimiento, con manguera en mano lavaban su banqueta o su coche. Vale agregar, por otra parte, que no tenemos la cultura del uso correcto del agua.

 

PIDE AGUA DE LA PEÑITA

Una mujer en las redes sociales se queja de la condición, sucia, del agua y hace notar que vive en la zona que, de tiempo atrás, se surte con el agua de La Peñita: el agua que, en el siglo pasado, allá por los setenta u ochenta, era famosa porque quien llegaba, la probaba, se quedaba a vivir en la ciudad. Hoy, eso es imposible: el crecimiento demográfico, el crecimiento desordenado de los asentamientos humanos, hicieron imposible que esa agua fuera suficiente… por eso se abrieron más pozos y, en su momento, se construyó el acueducto desde la presa.

 

EL SEGUNDO ACUEDUCTO

Cuando Eduardo Gattás hizo campaña por primera vez para ser Presidente de la Capital presentó un estudio sobre el consumo de agua y el proyecto, o estimaciones del costo del segundo acueducto: era su promesa madre para ganar las elecciones. No ganó y a la vuelta de tres años vuelve a ser candidato, gana y le estalla el problema: ¿Cómo sortearlo? No hay agua porque no llueve, han bombardeado las nubes y nada, han realizado una y otra misa y oraciones colectivas y seguimos igual: ¿Qué pasará si se seca, por completo, la presa?

Ni modo de echarla le culpa a Gattás, si todos los días se encomienda a Dios y reitera que es un hombre de fe. En tanto llega el agua, Raúl Quiroga Álvarez, en su condición de Titular de la Comisión Estatal del Agua, ya nos informa un avance: ya se inscribió en la Unidad de Inversiones de la SHCP el proyecto ejecutivo para el segundo acueducto. Ahora sí, ahora a esperar que la burocracia de la Federación considere pertinente, necesario y útil la construcción del mismo, para que lo incluyan como obra prioritaria del Gobierno federal.

 

EMIGRAR ¿HACIA DÓNDE?

Recuerdo cuando inició el problema del agua y que ni las pipas eran suficientes. Más de uno, en la Capital, hizo notar que se había cambiado de casa, de fraccionamiento o casa, buscando un lugar donde no se diera el problema del abasto de agua. Y en plática con un precandidato, no faltó quien hiciera notar que, tarde o temprano, la emigración tendría que ser de ciudad… claro, siempre y cuando no se resolviera el problema. La cuestión es que se puede tener un segundo acueducto, pero si la presa está seca.

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