Mauricio Zapata
Victoria, la capital de Tamaulipas, tiene un alcalde que, más que gobernar, parece un espectador de su propio municipio.
Mientras la ciudad enfrenta problemas de baches, alumbrado deficiente, inseguridad y falta de agua, él se dedica a actos protocolarios y discursos vacíos.
Su gestión se ha convertido en un triste espectáculo de inacción, donde las promesas de campaña quedaron en el olvido y el verdadero trabajo lo está haciendo el gobierno del estado.
No es un secreto que la administración estatal ha tenido que entrar al quite en diversas áreas.
Desde obras públicas hasta programas de asistencia, las acciones que deberían ser encabezadas por el municipio han terminado en manos del gobernador.
Es él quien atiende los reclamos ciudadanos, quien gestiona los recursos y quien da respuestas a una población que se siente abandonada por su alcalde.
El problema no es solo la falta de trabajo, sino la indiferencia con la que se maneja el edil.
Se ha convertido en una figura decorativa, sin liderazgo ni visión, dejando que otros resuelvan lo que le compete.
Los ciudadanos no lo ven en las colonias, no lo escuchan atender los problemas de la gente, y cuando aparece, lo hace con frases prefabricadas y sin soluciones concretas.
Es preocupante que un municipio de la importancia de Victoria tenga un gobierno municipal ausente.
No se trata de colores ni de partidos, sino de responsabilidad.
La gente no eligió a un alcalde para que el gobernador le haga el trabajo, sino para que gobierne y resuelva.
Si la capital está en crisis, es porque quien debería estar al frente simplemente no está cumpliendo.
Victoria necesita un líder, no un espectador.
Un gobernante que asuma su papel con seriedad y compromiso, y no alguien que deje que otros hagan su tarea.
Mientras tanto, los ciudadanos seguimos esperando que el alcalde decida ponerse a trabajar.
Y nos quejábamos de Xico.
EN CINCO PALABRAS: El alcalde no ha gobernado.
PUNTO FINAL: “El que no hace, estorba”: Cirilo Stofenmacher.
X: @Mauri_Zapata